Quisiera que el mundo fuera un equipo de «football» (DQ-ilustrado).

Imagen por Diego Quintanar

Enero 1989, Miami. Jamás lo olvidaremos.

Con 3:10 en el reloj, los San Francisco 49ers construyeron, en 92 yardas, la serie ofensiva mas famosa en la historia del Super Bowl.

Aquel pase de Joe Montana a John Taylor con 34 segundos restantes se ha repetido, dramatizado y elogiado mas que la llegada del hombre a la luna. 

La actuación de Jerry Rice que lo llevó a ganar el MVP, Montana calmando a su equipo al señalar la presencia de un comediante en las gradas y la sorprendente utilización de Roger Craig como receptor, vivirán por siempre en la mente de todo aficionado al football.

Sin embargo, no todos los componentes de este momento se recuerdan igual.

Por alguna razón, nuestra memoria es selectiva. 

En aquel huddle, un italiano-americano hablaba (Joe Montana) mientras cinco afroamericanos (Jerry Rice, Roger Craig, John Taylor, Steve Wallace, Guy McIntyre), dos judíos (John Frank, Harris Barton), dos blanco-americanos (Tom Rathman, Randy Cross) y un samoano (Jesse Sapolu) escuchaban. 

En la banca, Bill Walsh observaba. Head Coach conocido por su genialidad detrás de la west coast offense y la dinastía de los 80’s, pero poco recordado por haber reunido al staff de coaches con mayor diversidad de la NFL el cual incluía, entre otros, a Dennis Green, Ty Willingham, Ray Rhodes, Marvin Lewis y Herm Ewards. 

¿Por qué esto no lo repetimos?

Nos gusta el resultado final, las luces. 

Nos da pereza pensar en el trabajo detrás. 

Como quisiera que el mundo fuera un equipo de football en el cual solamente se hablara de dos cosas, los comediantes en las gradas y los objetivos a cumplir, en donde entendiéramos que las cosas mas grandes se logran cuando a nadie le importa llevarse el crédito, en donde las razas, nacionalidades y clases sociales son etiquetas impuestas por nuestra diminuta cabeza que no logra entender el valor de nuestra dependencia con los demás. 

Imagen por Diego Quintanar

Red Right 49”. Es difícil encontrar una jugada mas famosa. 

También conocida como “Lombardi Power Sweep”, esta carrera fue la base de lo que hasta hoy es el único equipo con cinco campeonatos en una década, los Green Bay Packers.

La jugada no era exitosa por su complejidad, de hecho, su creador se expresaba de ella como “nada espectacular”. La letalidad de ésta se encontraba en su perfecta sincronía entre sus once ejecutores. Algo de lo que él, famosamente habló durante ocho horas en una clínica

Contra cualquier defensiva, blitz, frente y secundaria, este ataque terrestre, dirigido a uno de los extremos del campo, tenia respuesta. 

Paul Brown, una de las figuras mas importantes en la historia de este deporte, la describió elocuentemente: “Jamás he visto una línea ofensiva en tanta armonía…”

Como quisiera que el mundo fuera un equipo de football en el cual apreciáramos a la gente no por lo que hace sino por la forma en que lo hace, en el que la simplicidad es elevada y no esta peleada con el crecimiento y en donde siempre se este en búsqueda de armonía sabiendo que, a pesar de llevar tiempo y repeticiones, cuando se logra es simplemente infalible. 

Imagen por Diego Quintanar

Desde el nacimiento del Super Bowl, solamente ha habido una temporada perfecta. Miami Dolphins, 1972. 

Venciendo a los Washington Redskins en el Super Bowl VII, Miami se convirtió en el único equipo sin perder o empatar alguno de sus juegos. Diecisiete victorias en total.

Sin embargo, para todos los miembros de aquel equipo, no fue aquel juego el que tuvo mayor importancia en su desarrollo…uno antes lo fue.  

Relatado por jugadores y staff, Head Coach Don Shula forzó que el equipo viera, en repetidas ocasiones, su patética actuación y derrota (24-3) en el Super Bowl VI frente a los Dallas Cowboys

Shula extendió el mensaje a oficinas y campos de práctica colgando mantas con el marcador y la fecha. 

En sus palabras: “necesitábamos entender que no queríamos que volviera a suceder.”

Ya iniciada la temporada, en la semana cinco, el quarterback titular Bob Griese salió del campo con la pierna rota. En su lugar, Earl Morrall tomó el liderazgo durante once semanas.

El equipo lo protegió corriendo el balón 613 veces. 

Como quisiera que el mundo fuera un equipo de football en donde la adversidad es sinónimo de motivación, en donde una pandemia genere creatividad y no aburrimiento, en donde cambiemos el decirles a los niños “te vas a caer” por “¿que harás después de caerte?”, y en donde entendamos que intentar evitar situaciones de inconformidad no solamente es irreal sino altamente perjudicial a nuestro crecimiento. 

Imagen por Diego Quintanar

Mas de 180 minutos es lo que dura un juego de football profesional. En promedio, menos de 12 son efectivos. El Super Bowl XLIX será siempre recordado por los últimos dos. 

Con quizá el mejor corredor del año, Seattle decidió lanzar el balón en segunda oportunidad a dos yardas de la anotación. 

El resultado lo conocemos. Malcolm Butler, anticipándose a la jugada, cortó la trayectoria de Ricardo Lockette y, con su intercepción, aseguró el cuarto campeonato para New England. 

La polémica detrás de la decisión ofensiva provocó que algo mucho mas importante pasara desapercibido. Butler fue capaz de leer la jugada a la perfección gracias a que la había intentado defender en el campo de práctica en múltiples ocasiones…todas sin éxito. 

En palabras del Director de Investigación en New England“ojala pudiera decir que todo lo que hacemos nos sale así de bien…solamente intentamos estar preparados para cualquier cosa.”

Los Patriots tienen un puesto de “investigación” en su nómina con el objetivo de analizar TODA posible jugada que TODO contrincante pueda correr en contra de ellos.

Este trabajo ha generado cientos de miles de jugadas, lo conocemos por una sola. 

Como quisiera que el mundo fuera un equipo de football en donde el resultado se vuelve irrelevante cuando logramos entender que la pasión solamente debe estar en el proceso, en donde la paciencia reine y nos recuerde que las cosas mas valiosas requieren de tiempo, en donde dejemos de confundir un like en un post por reconocimiento y valor, en donde midamos la inteligencia por lo mucho que somos capaces de escuchar y aprender de posturas diferentes pues entendemos que al no haber absolutos en el mundo solo nos queda prepararnos para defender nuestra felicidad contra cualquier jugada de la vida.

Imagen por Diego Quintanar

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.