Incertidumbre, lo que nos hace vivir.

(En Mayo del 2024, tuve la fortuna de ser el padrino de la primera generación de Dirección del Deporte de la Universidad Anáhuac Querétaro. Este es el mensaje compartido aquél día.)

En 1986, la compañía Space Biospheres inició la construcción de unas instalaciones fuera de lo común. 

En más de tres hectáreas y doscientos mil metros cuadrados en Oracle, AZ, crearían el ecosistema controlado y hermetizado más grande de la historia. 

Sobre él, a lo largo de tres décadas, múltiples organizaciones y universidades conducirían estudios destinados a entender el comportamiento de más de tres mil especies de animales y plantas y su interacción con el ambiente. 

En 1991, a este mini planeta se le unirían ocho científicos que intentarían vivir por dos años dentro de él sin ninguna interacción con el exterior. 

Rápidamente, entenderían el poder de la naturaleza. 

A menos de un año de habitar esta burbuja, los niveles de oxígeno, comida y agua tocaron mínimos peligrosos y la “tripulación”, al borde de sofocación, tendría que recibir ayuda externa. 

Mediante conductos parecidos a los de un aire acondicionado, oxígeno sería reintroducido a la Biosfera con esperanzas de que esto salvara a los científicos y, en realidad, al proyecto entero. 

La solución tendría éxito, en el sentido que ninguno de los científicos moriría. 

Sin embargo, en el peligroso proceso, el mundo aprendería la lección más grande e inesperada de todo el estudio. 

Una lección que inevitablemente le hablaría al exterior.


Graduados, cuando inicié a escribir este mensaje traté de empatizar con el sentimiento que pueden tener en este momento. 

Rápidamente, me di cuenta de la ironía de esto. 

No puedo decirles que entiendo cómo se sienten. El mundo se ve diferente a través de nuestros ojos y no hay dos iguales. 

Nuestro pensar de la vida es único y en cuando alguien les dice que entienden la incertidumbre que el graduarse les trae, en realidad lo que quieren decir es: “me acuerdo cuando nadie me entendía”. 

Pero es en esta forma única de sentir, en donde encontramos lo más divertido de vivir. 

Hoy, sus ojos verán una toga y birrete que, además de ser larga, pesada e incómoda, no explicará mucho de su significado. 

Moverán la borla de derecha a izquierda en representación de haber terminado una etapa y estar listos para dar el siguiente paso. Desafortunadamente, esta borla no contiene instrucciones de dirección ni sentido. 

¿Se han graduado de que precisamente? 

Dado a que carecemos de certidumbre y poco entendemos de nuestra vida hasta que la reflexionamos, sería infructuoso hablar de lo que viene.

Así es que hoy, solo vengo a compartir una opinión.  

Todas las decisiones que tomamos, por más mínimas que sean, tienen un gran impacto, pero hay tres que considero son especialmente trascendentales. 

  1. Con quienes decidimos relacionarnos, incluyendo nuestra pareja.
  2. Cuales decidimos son nuestros sueños, lo cual incluye lo que hacemos para cumplirlos (ejemplo: que estudiamos)
  3. Y el más importante, como definiremos nuestra relación con la adversidad y sufrimiento. 

La primera está llena de magia. 

Aunque creemos lo contrario, no tenemos control sobre las personas que cruzarán nuestro camino. Sin embargo, lo fascinante es descubrir la razón por la cual están ahí.

Para esto, les sugiero nunca olviden que nuestro escuchar sirve como la antena más aguda y eficiente. 

Para esto, una historia. 

En 2014, Roger Federer tenía más de 70 torneos ganados y era indiscutiblemente el mejor tenista de la historia. En una práctica, «solamente» 80% de sus reveses estaban cayendo dentro del área que quería. Fue entonces cuando su coach hizo una sugerencia que al momento parecía atrevida, “necesitas cambiar de raqueta”, le dijo. 

Piénselo…

Es como haberle dicho a Tiger Woods que cambie su driver, a Leonel Messi sus zapatos o a Lewis Hamilton su posición de manos al agarrar el volante. 

Todas estas…historias reales. 

Federer cambió su raqueta y ganó 21 campeonatos más incluyendo 3 Majors

Al navegar por el mundo, les deseo que nunca olviden el poder de escuchar, todos los grandes lo hacen antes de hablar pues entienden que es el medio que nuestra mente tiene para crecer y mejorar. 

En sus futuros trabajos no busquen el nombre de la empresa, busquen de quien escuchar y por lo tanto aprender. 

De sus nuevas relaciones, nos busquen conformidad y admiración, busquen con quien crecer. 

La segunda y tercera decisión están relacionadas, pero lo que nadie nos explica a esta edad es que son consecuenciales

La relación que decidan tener con la adversidad y sacrificio determinará el cumplimiento de sus sueños. El soñar, desear y visualizar es fácil. Lo difícil es entender y aceptar su precio.  

Pensémoslo bien, es iluso pensar que la decisión de estudiar esta carrera, decisión que el mundo les forzó tomar a los 18 o 19 años, estuvo llena de certeza y claridad. 

Si se sienten perdidos o temerosos, no es porque estén tomando el camino equivocado, es porque el camino no existe…nunca existió. 

Invariablemente, aplicarán por trabajos de los cuales no recibirán respuesta, enviarán emails a personas que no contestarán y tomarán trabajos que nunca pensaron y que no cumplirán con sus expectativas. 

Cuando estén en medio de esa confusión, en la que cada una de esas personas que hoy los felicitarán parecen haber desaparecido y el silencio se vuelve una prisión, les pido recuerden otra historia, esta mas poderosa aún. 

Antes de las olimpiadas de Beijing, Michael Phelps se lesionó el hombro interrumpiendo abruptamente su entrenamiento. Su grupo de coaches, nutriólogos y patrocinadores, preocupados por su estado, diseñaron un “plan de recuperación” en el cual reposo, alimentación y meditación eran cruciales para el mantenimiento de su fortaleza mental. 

En las mentes de los que lo entrenaban, Phelps no necesitaba entrenar sino mantener los ánimos altos. 

Phelps, tenía otros planes. A dos días de haberse lesionado, ordenó la instalación de una bicicleta estacionaria en su cuarto. 

Durante tres meses, Phelps, completó más de 200 horas de entrenamiento. 

Enfrente de una pared, solo, por horas…una y otra vez.

El final de la historia la saben, Phelps, ese año, ganó ocho medallas de oro en las que en siete rompió récords mundiales.

Sin importar su trayectoria o situación, tarde o temprano llegaran a un momento de sus vidas lleno de duda y frustración al no ver su vida avanzar como la imaginaron. 

Se sentirán pedalear enfrente de una pared que sin importar el esfuerzo no se moverá. 

Cuando estén ahí, les deseo que encuentren la sonrisa más grande dentro de su ser, porque es ese el momento en el que estarán pagando el precio por sus sueños. Será ese momento cuando habrán creado una relación con el sufrimiento que conlleva pelear por algo que nunca ha sido logrado. 

Cuando lo sientan, sabrán que sus lágrimas, sudor, conversaciones internas y resiliencia son las herramientas que construyen ese camino, el cual por prima vez viendo hacia atrás, lo podrán empezar a admirar. 


En aquél estudio en Arizona, los científicos descubrirían que el déficit de oxígeno era causado por un fenómeno nunca visto antes. 

Los árboles dentro de la Biósfera interesantemente crecían más rápido que sus similares afuera de ella. Sin embargo, a diferencia de estos, justo antes de encontrar su maduración, inesperadamente caían y morían. 

Al analizar las raíces de estos árboles, los científicos encontrarían que éstos no desarrollaban una madera llamada “madera de compresión” la cual se encuentra normalmente en la circunferencia de la corteza de un árbol. 

Esta madera, entenderían después, es creada por un árbol para resistir el viento. 

Esta madera le permite al árbol fortalecerse y posicionarse constantemente hacia el Sol. Le toma tiempo de su crecimiento, pero, brillantemente, lo asegura. 

Sin viento, el árbol no puede crecer con la suficiente fortaleza para sostenerse. Sin viento, el árbol no puede sobrevivir.

Antes de irme y agradecerles el haberme permitido ser parte de ustedes, los dejo con este mensaje. 

En la vida, de alguna forma u otra, todos queremos crecer, queremos alcanzar. 

En su proceso de hacerlo, les deseo que cuando la adversidad les pegue en forma de viento sean capaces de adaptarse al clima y que cuando las circunstancias sean severas e inciertas, se doblen inteligentemente hacia ellas. 

Les deseo con todo mi corazón, que, al enfrentar desilusión, crisis y conflicto, el amor por ustedes y por lo que hacen los haga escuchar la dirección del viento y fortalezca por siempre sus corazones y raíces pues solo así, hoy sabemos, un árbol se vuelve indestructible. 

Gracias.

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