Cada año, cuando mi estómago siente los nervios y emoción de saber que inicia una temporada más, me hago la misma pregunta, ¿por nos gusta tanto?
Invariablemente, intento expresarlo y justificarlo internamente. En mi cabeza, conversaciones como: “solo es un juego”, “¿sentirán todos los mismo?”, o “tranquilo, hay cosas mas relevantes alrededor del mundo”, constantemente son parte de mi día.
Sin embargo, a medida que se va acercado el juego inaugural, mi cerebro pasa la mayoría de tiempo recordando.
Recordando que en algunas horas Von Miller, quien con sus dos sacks le ayudaron a Los Angeles a conseguir su segundo campeonato, ahora intentará destruir a su ex quarterback.
Al mismo tiempo, Matthew Stafford y los Rams sentirán por primera vez los efectos reales de haber perdido a Robert Woods, su arma menospreciada que realmente llevaba la ofensa a niveles superiores.
Woods, ahora en Tennessee, jugará para el único equipo que decidió dejar ir a su mejor receptor esta pre-temporada y con ello retar a la liga sobre la verdadera importancia de esta posición.
Posición que en Philadelphia opinan lo contrario y que han conseguido a AJ Brown y DeVonta Smith con el objetivo de respaldar la segunda temporada de Jalen Hurts. Además, sigilosamente han logrado consolidar su roster defensivo como uno de los mejores con la contratación de Hasson Reddick.
El trade por Reddick no hubiera sido posible si su ex-equipo Carolina, no estuviera en constante reconstrucción la cual hoy lo tiene iniciando con Baker Mayfield.
A su vez, Mayfield en los Panthers nos recuerda que la pre-temporada fue dominada por uno de los temas legales más controversiales en la historia de la liga. En su juego inaugural, Mayfield enfrentará al equipo que lo dejó ir por Deshaun Watson que con su ausencia recordaremos las trascendentales consecuencias que a veces tienen nuestros actos.
En la consecuencia táctica más importante, Jacoby Brissett con los Browns estará forzado a lanzar pases a un nuevo cuerpo de receptores que hoy inexplicablemente tiene de líder a Amari Cooper quien inicia con su tercer equipo.
Del otro lado del país y con cada recepción de Cooper, Dallas probablemente viva arrepentido de haberlo dejado ir ya que las expectativas no pueden ser mayores. Su Head Coach, Mike McCarthy, silenciosamente sabe que hay una mente vigilándolo en cada una de sus decisiones.
Esta mente brillante dejó New Orleans, un equipo que en Jameis Winston ha puesto sus esperanzas y que en la olvidada contratación de Tyrann Mathieu ha intentado agregar la última pieza defensiva.
Mathieu regresa a su ciudad natal, pero deja al equipo que ha provocado la evolución estratégica más importante de los últimos diez años. Patrick Mahomes y los Chiefs, en respuesta al extremo precavido que presentan las defensas, han decidido cambiar drásticamente la construcción de su ataque.
Ahora será Ju-Ju Smith Schuster, no Tyreek Hill, quien recibirá los beneficios de la creatividad de Andy Reid y, consecuentemente, vivirá feliz comparado con la feria de slants y trayectorias cortas que vivía en Pittsburgh.
En los Steelers, Trubisky llegará a cambiar una ofensiva que en su movilidad encontrará dinamismo pero que curiosamente no le dará espacio de maniobra pues la primera selección, Kenny Pickett, estará calentando y esperando su oportunidad cada semana.
Trubisky no hubiera llegado a Pittsburgh si hace un par de años Chicago no hubiera encontrado una mejor opción en Justin Fields.
En aquel Draft, en donde los Bears subieron para seleccionar a Fields, el quarterback que se llevó todos los headlines fue Trey Lance después de que San Francisco realizó el trade más importante en la vida de Kyle Shanahan.
Aparentemente, Lance reemplazará a Jimmy Garoppolo quien probablemente hoy desea nunca haber dejado a New England, pues quizá con su presencia este equipo nunca hubiera seleccionado a Mac Jones en aquel mismo Draft.
En los Patriots, Jones iniciará su segundo año como ningún quarterback en esta liga quisiera hacerlo, sin coordinador ni continuidad. No solamente al omitir nombrar coordinador ofensivo sino también con movimientos como el dejar ir a J.C. Jackson, Bill Belichick empezará la temporada jugando con los límites del poder.
Por otro lado, Jackson empezará con la defensiva que en su Head Coach y en el talento que agregó este año, tiene las expectativas más altas. Los Chargers, a pesar de estar en la división más complicada, son favoritos para estar en los playoffs en gran parte por sus movimientos defensivos, pero mayoritariamente por el alien que encontraron de quarterback.
Quizá olvidemos, pero Justin Herbert en Los Angeles no hubiera sido posible sin Tua Tagovaiola en Miami, quien fue seleccionado una posición antes.
Los Dolphins, con nuevo Head Coach, han logrado reunir talento como su fueran álbum Panini y batallarán todo el año para convencernos que hace sentido. A pesar de nombres como Tyreek, Waddle y Gesicki, el perfil de Mike McDaniel quizá lo obligue a solo utilizar a su nuevo corredor Chase Edmonds.
Chase representa ese jugador que se aventó del barco oportunamente cuando lo vio empezar a hundirse. Su salida de Arizona fue poco discutida, pero en realidad lleva un mensaje enorme. Los Cardinals, con nuevos contratos de Kyler Murray y Kliff Kingsbury, intentarán reemplazar seis semanas a DeAndre Hopkins con Marquise Brown y de alguna forma salvar su temporada.
Brown deja a los Ravens quienes evidentemente regresan a su identidad ofensiva con cuatro tight ends en el roster. En Baltimore, dos preguntas los acompañarán durante el año, ¿cuándo firmará Lamar Jackson nuevo contrato? Y ¿Kyle Fuller es suficiente para convertir esta defensiva en la mejor de la división?
Denver tuvo que dejar ir a Fuller, uno de los mejores cornerbacks slots de la liga, después de haber lo grado el trade mas significativo por quarterback desde Tom Brady.
Russell Wilson deja a los Seahawks después de diez temporadas, ocho Pro Bowls y un campeonato. Sin embargo, su salida no es el único hueco en este equipo pues la salida de Bobby Wagner ha convertido a Jamal Adams en el único líder defensivo.
¡Como olvidar de donde proviene Jamal Adams!
Los Jets, quienes vivían en emoción absoluta, iniciarán la temporada sin haber podido cambiar su suerte. En lugar de evaluar el segundo año de Zach Wilson, “disfrutarán” de la presencia de Joe Flacco quien no gana un partido desde el 2019 y que seguramente le lanzará la mayoría de sus pases a Tyler Conklin, su tight end y arma mas cercana.
Conklin deja a los Vikings quienes después de ocho años con Mike Zimmer y su mente defensiva, experimentarán un cambio drástico con Kevin O’Connell. Pero quizá no deberíamos estar hablando de la ofensa en Minnesota cuando desesperadamente tuvieron que ir por ZaDarius Smith, quien perdió la temporada completa por lesión, para apenas completar su frente defensivo.
Green Bay dejó ir a ZaDarius a su rival de división en parte por problemas de lesión, pero mayoritariamente porque han creado una de las mejores defensivas del mundo, tema del que poco se habla gracias a la atención alrededor de la pérdida de Davante Adams.
Josh McDaniels, con Las Vegas, tendrá en Davante Adams y Hunter Renfrow lo que nunca tuvo en New England, dos receptores que pueden ganar coberturas personales en cualquier situación. Es por esto que, después de este trade, decidió concentrarse en otras contrataciones como la de Rock Ya-Sin para mejorar considerablemente su defensiva.
Los Colts se vieron forzados a dejar ir a Ya-Sin por la llegada de Stephon Gilmore, los contratos a firmar de una de las mejores líneas defensivas y por haber encontrado al match perfecto en Matt Ryan.
Los Falcons sin Matt Ryan son como el tenis sin Serena. Nadie tiene idea como se van a ver, pero el panorama es triste. La batalla entre Marcus Mariota y Desmond Ridder será una de la que no pondremos mucha atención y uno que nos provoque a mejor hablar de lo que esta equipo esta intentando defensivamente.
Lorenzo Carter llega a Atlanta intentando producir los mismo cinco sacks que produjo en los Giants el año pasado. New York, concentrado en el desarrollo de Daniel Jones, nuevo Head Coach y el futuro de Saquon Barkley, no tuvo cabeza para mantenerlo.
Hablando de Brian Daboll, ¿no es este el Head Coach novato más intrigante del año? En este resultado estará expuesto que tanto puede mejorar un coach a un quarterback. Daniel Jones no es Josh Allen lo que a lo mejor provoque que Daboll termine con su viejo amigo, Tyrod Taylor.
Taylor desde que le perforaron el pulmón antes de un juego, ha tenido pésima suerte. Cuando pensábamos que tendría una nueva oportunidad, Davis Mills en Houston se la arrebató. Mills terminó con mejor rating que treinta quarterbacks en los últimos cinco juegos y la franquicia le respondió intentando mejorar su línea ofensiva con AJ Cann, uno de los mejores guards en la AFC.
En entrevista, Cann mencionó que su salida de Jacksonville fue difícil pero que al final decidió seguir a su coach de posición, George Warhop, quien será pieza más importante que Love Smith con los Texans.
Sobre este movimiento, el menos feliz fue Trevor Lawrence a quien le siguen agregando accesorios de lujo cuando el motor sigue averiado. Hablamos mucho de la llegada de Christian Kirk a este equipo cuando muy probablemente seguirá siendo Marvin Jones el receptor más productivo para Lawrence.
A Marvin, lo siguen extrañando en Detroit, equipo que con su fama en Hard Knocks y WWE Head Coach, será el equipo incómodo que llevará todos los juegos al límite y los intentará poner en la pierna de su nueva arma Austin Seibert, único pateador en la NFC con 100% en puntos extra los últimos dos años.
Por más efectiva que la carrera de Seibert se veía, los Bengals lo tuvieron que dejar ir porque en sus manos cayó alguien aún más valioso. Evan McPherson pudo fácilmente ser el MVP de los playoffs para los campeones de la AFC que conscientemente arreglaron su problema más grande consiguiendo a Alex Cappa como líder de su línea ofensiva.
Puede ser que Cappa haya decidido irse después de la incertidumbre que Tom Brady nos regaló en la off-season, sin embargo, quizá se arrepienta, pues Brady, en su vigésima tercera temporada, ha realizado los movimientos Belichick rodeando al equipo con talento veterano (Russel Gage, Julio Jones, Kyle Rudolph) que suele ser preponderante cuando más importa.
Opuestamente, Brady quizá no solo se arrepienta de haber dejado ir a Cappa sino de no haber presionado por la contratación de Andrew Norwell quien estuvo disponible y quien patéticamente terminó en Washington protegiendo a Carson Wentz.
Wentz, quien será el onceavo quarterback en cinco años para esta franquicia, intentará que estos fans dejen de seguir pensando en Case Keenum llenos de melancolía sobre aquellos tiempos en donde tenían otro nombre y mejor identidad.
¿Y en donde quedó Keenum?
Justo en donde iniciamos este viaje de la imaginación, en Buffalo en donde hoy Von Miller iniciará todo.
Al final, recordar es vivir, no solamente porque logramos despertar los mismos sentimientos, sino por la hermosa realización de que, en el football, como en la vida, todo está relacionado.
Es en el efecto de las acciones de cada jugador, coach, y equipo en el que vemos proyectada nuestra interdependencia con la que vivimos.
Amamos la incertidumbre e ilusión de control que este juego nos brinda, justo lo que sentimos en la vida.
Al final lo amamos porque nos enseña que lo único que realmente está en nuestro poder es el esfuerzo que transcurra entre cada jugada.
Feliz Año Nuevo.