Aquel día, sentado debajo del único techo disponible y afianzado a la silla como si fuera a despegar, recuerdo haber tenido uno de los intercambios de palabra más ilustrativos.
A mi lado, un amigo de once años y mucha más claridad de la vida, veía la lluvia y preguntaba: ¿Por qué no corremos? ¿Por qué no la disfrutamos?
La inmediatez en mi respuesta presumía lógica, algo de lo que abusamos como adultos: “No podemos correr o salir porque está lloviendo, te puedes enfermar.”
Sin mirarme, con tono peculiar que se desvanece en arrogancia, contestó: “No podemos correr porque no traemos botas, no nos preparamos.”
La lluvia, implícitamente dijo, no tiene nada que ver.
El aspecto más hermoso del football es su semejanza con la vida, particularmente la dependencia que tiene a la preparación y adaptación.
Esta columna es un intento por tomar un aspecto evolutivo del deporte, mejor ilustrado en la NFL, y con el explicar su interminable lucha por supervivencia.
Usando una posición de las veintidós disponibles (ofensiva y defensiva), trataremos de explicar el origen de las nuevas estrategias en este bello ajedrez humano.
Esta posición, la de safety, será hoy nuestra guía hacia lo que veremos en el futuro y este se entiende mejor con imágenes:
Si estuviéramos sentados en la clase “remedial” de football, esta sería una de las primeras obras de arte a analizar. Tradicionalmente, estas son las posiciones y formaciones del football, la suma y resta de este deporte.
Enfocándonos en la posición de safety, podemos observar que la defensiva tiene dos cuidando la parte profunda del campo.
Un niño jugando su primer año en esta posición, automáticamente recibiría de su coach la instrucción: “nada atrás de ti”, pues desde la invención del pase, esta ha sido históricamente la responsabilidad principal de esta posición.
Sin embargo, esta «prevención» defensiva tiene un costo. Dos jugadores cuidando la parte profunda significa uno menos en la parte media y corta del campo. Después de todo, suma y resta.
Por lo tanto, la respuesta lógica de la ofensiva siempre ha sido usar la parte media del campo y dejar que ambos safeties mueran de aburrimiento.
Provocadores expertos de la frustración como Josh McDaniels (New England), han logrado esto durante dos décadas simplemente extendiendo sus formaciones y generando espacios de manera natural.
Esta geometría, constantemente provoca jugadas fáciles como esta:
Siguiendo con nuestras imágenes de la clase “remedial”, los playbooks hoy están llenos de ilustraciones como esta:
Entonces, ¿cuál ha sido la respuesta defensiva?
Simple, bajemos un safety a la parte media. El concepto suma y resta nunca se pierde.
Es aquí en donde debemos detenernos un momento, pues, aunque en concepto el bajar un safety suena sencillo, en la práctica no lo es.
¿Cuál de los dos bajamos? ¿Qué tipo de jugador necesitamos ahora que estará en medio del tráfico? ¿Qué responsabilidad tiene el que se queda?
Para efectos prácticos, usaremos el mejor ejemplo de la historia reciente, uno que su impecable eficacia generó un apodo: “The Legion of Boom”.
Cuando Pete Carroll llegó a Seattle en el 2010, recordó que no había coordinado una defensiva desde 1996. Por lo tanto, dedicó tiempo y análisis en encontrar a un coordinador con clara identidad que se diferenciara pero que al mismo tiempo no presentará un currículo llamativo que exigiera oportunidades de Head Coach.
Curiosamente, Seattle en Gus Bradley, ya tenía a la opción perfecta.
Bradley, después de haber aprendido de Monte Kiffin en Tampa Bay, creó la defensiva líder en puntos y yardas de la Great West Conference en North Dakota State.
Aquí es relevante recordar cómo funciona misteriosamente la vida pues si Bradley hubiera recibido una oferta de cualquier universidad más reconocida, quizá nunca hubiera entendido las debilidades de una defensiva secundaria cuando no posee el mejor talento y, consecuentemente, nunca hubiera creado su adaptación.

La primera decisión en conjunto de Bradley y Carroll llegó en el Draft del 2010 con la selección catorce.
Earl Thomas, el segundo safety (Eric Berry) seleccionado, representó la pieza fundamental de su plan magistral.
De todas las cualidades de Earl, tal como las 65 tackles en una temporada, una hizo mas sentido para el objetivo de Bradley. Sus 8 intercepciones y 149 yardas generadas gritaban la evolución más importante de la década: este safety puede cubrir lo que dos.

Imagen: https://www.si.com/college/texas/news/earl-thomas-texas-longhorns-nfl-legend-wanted-austin-police-felony
Teniendo a Thomas, el siguiente paso fue encontrar a un jugador que tuviera experiencia de safety pero estilo y corazón de linebacker. En la quinta ronda del mismo Draft, no pudieron encontrar por mejor respuesta que Kam Chancellor.
Este es el estilo que buscaban:
Con estas dos piezas, una de ellas fungiend como linebacker, el medio del campo ya no sería vulnerable.
De regreso a nuestras notas, es momento que nuestro cuaderno agregue el término Cover 3 y lo ilustre de esta manera:

Imagen: https://bleacherreport.com/articles/2047445-nfl-101-introducing-the-basics-of-cover-3
Del 2012-15, Seattle, habiendo efectivamente eliminado la parte media del campo, se convirtió en el primer equipo en la era Super Bowl en terminar líder en puntos permitidos cuatro temporadas consecutivas.
…
Dos años después, llegó Patrick Mahomes.
La búsqueda exitosa de talento en el football, pronunciadamente en la NFL, no solamente está basada en la correcta identificación de habilidades sino en el acertado entendimiento de las necesidades.
Mahomes, seguido por quarterbacks como Josh Allen, Justin Herbert y Joe Burrow, actualmente son fuerzas extraordinarias que responden a una urgencia ofensiva, atacar la parte larga del campo (15+ yds).
En su último año en Texas Tech, Mahomes terminó con 9.2 yds (ajustadas) por intento de pase, una estadística que, al considerar touchdowns e intercepciones, demuestra la agresividad del quarterback en sus intentos. En comparación, Peyton Manning nunca superó las 8.5 yds en cuatro años en Tennessee.
Traducido a la NFL, estes es el daño que se puede hacer con un jugador así.
En el 2021, Justin Herbert terminó con 5,014 yds y completó uno de los inicios de carrera más impresionantes de la posición, Josh Allen se convirtió en el único quarterback en la historia con más de 4,000 yds por pase y 750 corriendo y Joe Burrow provocó el récord de yardas por recepción de un novato (Chase, 1,429).
A seis años de la cúspide de la Legion of Boom en Seattle, estos quarterbacks y consecuentemente sus ofensivas, han oficialmente evolucionando. Aquel bloqueo de la parte media del campo comienza a ser irrelevante.
Finalmente hemos llegado. Bienvenido al 2022, en donde la defensiva responde una vez más.
Si se escucha trivial el decir que los coordinadores defensivos han diseñado una respuesta a estos quarterbacks simplemente “subiendo” al safety que hace una década “bajaron” es porque así lo es, solamente que en esta ocasión encontramos una sutil variación que hará de la siguiente era del football la más hermosa a disfrutar.
Habrá dos safeties en la parte larga del campo, pero esta vez no será claro que hará cada uno de ellos.
He aquí a nuestra siguiente ilustración. Haciendo su regreso estelar, introducimos al Cover 6:
Vic Fangio, el Da Vinci detrás de esta corriente, describe el Cover 6 como una formación flexible que permite confundir lo suficiente a un quarterback para que tome la decisión errónea.
El número 6 viene de la suma 4 + 2 lo que en términos de football significa la combinación de Cover 2 y Cover 4, uno en cada mitad del campo…sin enseñar cual es cual.
Habiendo explicado el fundamento del Cover 2, concentrémonos en el Cover 4 y su fortaleza mayor.
En esencia, el Cover 4 fue diseñado para que ambos safeties sirvan de apoyo en contra del ataque terrestre y trayectorias cruzadas (las que Seattle eliminó). Sus responsabilidades primarias no son las partes largas del campo sino servir como los mejores observadores de lo que la ofensiva intenta y así reaccionar libremente en contra.
La pregunta es, ¿para qué combinar Cover 2 y 4 en lugar de solo utilizar el último?
Para combatir el Cover 4, las ofensivas hoy cuentan con al menos un receptor altamente talentoso que puede atacar verticalmente las zonas externas, justo en donde los safeties no ayudan (por estar vigilando el centro).
Por lo tanto, la combinación de Covers y la confusión generada, es la respuesta exacta.
El Cover 2 jugará en contra de la amenaza (receptor o trayectoria) más larga de la ofensiva mientras que el Cover 4 se concentrará en eliminar el juego intermedio y corto.
En este último Draft, 19 safeties fueron seleccionados, nueve dentro de las primeras tres rondas. En el mercado veterano, Mincah Fitzpatrick rompió el récord de la posición con $18.4M por año y al parecer es solo el primero de varios por firmar.
La posición, gracias a su versatilidad e inminente necesidad, entrará a su Era de Oro.
Finalmente, solo nos queda algo que mencionar sobre esta fascinante evolución.
Como todas las demás, esta táctica defensiva presenta una debilidad importante.
Al exigir constante comunicación y compleja lectura por parte de ambos safeties, y regularmente utilizar cinco defensive backs, la defensiva constantemente cuenta con solo seis jugadores en posición para defender la carrera.
Treinta años después, todo sigue siendo suma y resta.
El contrataque lógico ofensivo y automático es el ataque terrestre, pero seamos honestos, ¿cuándo fue la última vez que vimos a la posición de corredor en la portada del Madden?
Así es que sentémonos y disfrutemos de la siguiente era del football en donde al parecer las únicas ofensivas exitosas serán aquellas que, al haber prevenido la lluvia, prepararon sus botas adecuadamente.