Detrás del patio de Departamento de Obras en Florencia, se resguardaba una pieza de mármol apodada “el gigante”. La piedra de cinco metros de altura vivía en un olvido de cuarenta años después de que múltiples artistas fracasaron en darle forma.
En 1501, un artista la encontró y, forzando sus ojos entre la maleza, decidió observarla durante meses.
En cada paso alrededor de ella, el artista retiraba mentalmente capa tras capa. Sin si quiera tomar un pincel, el artista esculpía.
“Vi el Ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad.” – Michelangelo di Buonarroti
Cuando enfrentamos retos, nuestra lógica suele invitarnos a actuar inmediatamente. Analíticamente, es lo ultimo que deberíamos hacer.
Por naturaleza, el reto existe porque lo hecho hasta ese momento no es suficiente. En su conquista, el primer paso es entender no actuar.
Las palabras de Patrick Mahomes después de haber sufrido su derrota mas grande en casa (18 puntos) expresan reacción: “Tengo que cuidar el balón…dejar de lanzar intercepciones…”
Lo alarmante esta en lo que no expresan.
¿Qué hay del porque han pasado las intercepciones? ¿Qué hay del cómo los otros equipos las han forzado?
¿Qué hay de observar la piedra?
En tres años, las defensivas han aprendido algo elemental en su defensa contra Kansas City: la mejor oportunidad para vencerlos es presionar a Mahomes con cuatro jugadores (sin perder disciplina en carriles), cubrir con siete y…esperar.
Bills hoy tiene a Ed Oliver, A.J. Epenesa, Greg Rousseau y Boogie Basham en la línea defensiva, todos seleccionados en las primeras dos rondas de los últimos dos años.
Ravens fue por Calais Campbell (NT) en la agencia libre y Justin Madubuike (DE) en el Draft.
Browns agregaron a Malik Jackson, Jadeveon Clowney y Takkarist McKinley este año para ayudar a Myles Garrett.
Nuevamente, presionar con cuatro y esperar.

Podemos decir que intercepciones como la de Tyrek Hill el domingo pasado han sido culpa de los receptores y que los equipos han tenido suerte.
Sin embargo, estaríamos ignorando que estos han sido intentos forzados y que defensivos como Micah Hyde han estado alrededor del balón por una razón.
En el football y en la vida, la suerte no es mas que el constante cuidado de detalles.
Mahomes tiene seis intercepciones en cinco semanas, las totales de su temporada pasada. Al mismo tiempo, tiene su mejor porcentaje de pases completos (69.2%) y esta en ritmo para romper su record de 50 touchdowns.
Las estadísticas, en sus incongruencias, a veces nos recuerdan lo irresponsable que puede ser generar conclusiones.
Estéticamente, la frase “dejar de lanzar intercepciones” asume responsabilidad y exige mejorar. Discretamente, expresa un tinte de arrogancia.
En sus palabras y actos, Mahomes por primera vez tiene que desprenderse de la situación, algo que si para el común de las personas es difícil, para alguien como el, altamente talentoso, puede resultar inconcebible.
En la estrategia especialmente diseñada para derrotarlo, hay un punto débil que en su simpleza encuentra su complejidad.
Al cubrir con siete jugadores (generalmente dos safeties en “Shell”) y solo presionar con cuatro, las defensivas son vulnerables a trayectorias menores a cinco yardas y al ataque terrestre.
(En la NFL, completar un pase de cinco yardas es mas probable que no completarlo a menos que juegues con Mike Glennon).
Pero el problema no es que Mahomes no haya identificado esta vulnerabilidad, sino que aun no adquiere la habilidad para explotarla constantemente.
Paciencia.
Desde que nació la leyenda “Patrick”, esta ha sido alimentada por constantes y ridículas jugadas que nos han hecho perder la dimensión de lo imposible. En realidad, no son sus 15,642 yardas en 51 juegos lo que nos asombra sino la forma en las que las hace.
Hoy esta forma tiene que cambiar y lo difícil es que en su modificación tiene que encontrar algo que Mahomes nunca ha experimentado, aburrimiento.
La paciencia de los genios no aparece esporádicamente sino se confunde con apatía por su presencia constante.
No es que el MVP del Super Bowl LIV no reconozca las oportunidades, sino que aun se rehúsa a convertirlas en su naturaleza.
Hay una misma razón por la cual nunca ha habido un quarterback campeón líder en yardas y el porque corredores como Rex Burkhead y Brandon Bolden tuvieron sus máximas yardas por aire en los años que ganaron el Super Bowl (New England 2015, 2017, 2019).
Históricamente, cuando las defensivas se enfrentan a un quarterback que desafía lo imposible, gradualmente evolucionan a esta estrategia la cual en su “presionar con cuatro y defender con siete” no retan ser vencidas tácticamente sino llevan al límite la capacidad del líder para desprenderse de la situación.
Por supuesto que hay otros problemas en Kansas City, la defensiva esta en ritmo de recibir la mayor cantidad de puntos de la historia, permite primeros y dieces en el 42% de sus series y su mejor arma Chris Jones ha estado lastimado.
Sin embargo, esto técnicamente no es nuevo. En los últimos dos años, el campeón del AFC ha terminado en ranking defensivo #29 y #17 respectivamente.
Toda pieza de mármol tiene deficiencias, los genios las desaparecen.
Cuando Michelangelo fue forzado a dejar Florencia, pasó por su época mas difícil de pobreza y hambre. Frustrado y en contra de su voluntad se vio obligado a pintar, actividad que, aunque detestaba, representaba su única remuneración.
Eventualmente aprendió que el dominar las técnicas de pintura le permitirían entender la fluidez del cuerpo humano. Cuando regresó a esculpir, enfrente de aquel “gigante”, expresó su aprendizaje en cada hueso.
Cuando le preguntaron cuándo terminaría de pulir el mármol y finalmente enseñar su obra de arte, Michelangelo respondió: “Hasta que llegue a la piel”.
En los genios, la paciencia no representa la capacidad de ver pasar el tiempo sino el talento de desprenderse de él confiando que en su aceptación se encuentra la respuesta.
Un comentario en “El Genio es Paciencia Eterna. Patrick Mahomes.”