Imaginemos por un momento que nos hemos transportado a un lugar lejano. El clima es árido. La gente parece caminar a la velocidad en la que un OXXO hace un depósito. Sin embargo, todos parecen sonreír y ser amables con el prójimo.
A lo lejos, en las faldas de una montaña, un templo con arquitectura sublime, es difícil de ignorar. Por alguna razón, nuestro cuerpo se siente atraído hacia él.
Caminamos a un paso que refleja una prisa adquirida…no sabemos de dónde. Al llegar a las escaleras del templo, observamos que la gente demuestra respeto mediante una reverencia en cada escalón. Se puede sentir una paz de spa.
Sin poder esperar un minuto más, aceleramos el paso hacia las puertas de tan peculiar lugar. En la entrada, un monje, que posee la sonrisa de Julia Roberts, nos recibe con un gesto de bienvenida…al parecer no existen las palabras aquí.
Aceleradamente, nos preparamos para entrar con gran curiosidad. Damos el primer paso, y antes de si quiera poder completar el segundo, nuestro cuerpo se detiene en completo pánico…
RATAS…de tamaños que podríamos confundir con conejos, caminan sigilosamente por nuestros tobillos. Desde ahí, podemos ver como las últimas paredes se pierden entre la impresionante cantidad de estos animales, todos moviéndose en libertad entre las personas que les muestran respeto.
¡Inconcebible!
Nuestra mente no es capaz de generar una reacción pues lucha entre sentimientos de asco y asombro. ¿Ratas? El animal grotesco por excelencia está siendo venerado en un templo. Nuestro cerebro no puede entenderlo.
Después de haber perdido respiración por unos segundos, bajamos por fin el segundo pie mientras nos tranquilizamos. Sentimos tranquilidad en nuestro cuerpo como si fuera una droga poderosa capaz de manejar cualquier situación. Nuestra mente esta lista para esto. Fuimos diseñados perfectamente para saber qué hacer en circunstancias de plena ignorancia y asombro.
Sin esfuerzo alguno, expresamos: “qué asco de civilización, totalmente repugnante y ridícula su vida”.
Sentimos alivio y nos vamos.
¿El mismo equipo en el Super Bowl? Really? ¿En la liga donde se supone todo está diseñado para lograr equidad y evitar dinastías? No, esto está fuera de lo normal, por ende, algo tiene que estar mal.
¡Reaccionemos! Digamos que los árbitros están siempre de lado de los Patriots. Inclusive, atrevámonos a decir que fueron tan descarados que hasta festejaron con ellos. Decir esto, siempre será más fácil que investigar sobre los sesenta años que lleva Bill Belichick entregando su vida a enseñar, perfeccionar e innovar el football.
!Gritemos lo mucho que odiamos a los Patriots por tramposos! Regocijémonos una y otra vez en historias como Spygate y Deflategate. Pensar en manchas del pasado siempre será más sencillo que resaltar que esta será la OCTAVA vez que Brady y Belichick juegan en un Super Bowl gracias a la creación de una cultura basada en la incansable búsqueda por la perfección. Única cultura que logra reacciones como la de Brandin Cooks, aun a pesar de estar en su peor temporada en recepciones y yardas desde 2014 (novato), al decir: “gracias por la oportunidad”.
¡Aseguremos que la interferencia de A.J. Bouye nunca existió y que esa es la razón por la cual New England ganó otra vez! Después de todo, que flojera relatar el tan aburrido ajuste por parte de la ofensiva, después de perder a su mejor amenaza en Gronkowski, al explotar la cobertura que los Jaguars decidieron darle a Danny Amendola, quien, by the way, logró los últimos dos touchdowns en el último cuarto. Es más, recapitular el esfuerzo “simple” de poner dos pies dentro del campo por parte de este jugador y admirar el lanzamiento perfecto de Brady, es terriblemente aburrido.
¡Demostremos total seguridad al decir que todo este show está vendido y que la liga NECESITA a los Patriots en el Super Bowl! Al fin y al cabo, detalles como la contratación de James Harrison y Stephon Gilmore, ambos haciendo jugadas clave en momentos cruciales, requieren de tiempo y análisis para ser valorados. Detalles como limitar a Brady, con menos de treinta pases por juego en tres de los últimos seis, después de tener promedio de treinta y cinco el resto de la temporada, todo con el objetivo de cuidar su lesión en el bíceps, son “invisibles”, no existen.
¡No traicionemos a nuestra naturaleza y juremos en público que Tom Brady recibe un cuidado especial de la NFL! Pues, siendo honestos, ¿quién demonios va a leer sobre la “inhumana” dieta y régimen de entrenamiento que cumple todos los días? Considerar que esta puede ser la razón del porque es el único quarterback en la historia con ONCE regresos en el último cuarto para ganar el juego en playoffs, gasta tiempo.
Reaccionemos a lo inconcebible. Reaccionemos rechazándolo.
Después de todo, es impensable el hecho de que unas ratas representen la reencarnación de hombres sagrados en una religión. Hace sentido que un manto milagroso con una imagen sea guardado y venerado en una basílica, sin embargo, es estúpido el hecho de que animales “sucios” habiten en un templo considerado reliquia como honor a una erudita.
Reaccionemos negativamente a los hechos que nos parezcan increíbles. Busquemos, hasta en el último rincón, pruebas que afirmen que el presenciar algo fuera de lo común no es digno de admirarse pues solamente puede darse como producto de algo erróneo, de algo incorrecto.
Reaccionemos saliéndonos del templo, siempre será mejor vivir sin saber lo que hay adentro.