Las predicciones en los deportes (y en la vida) son como los posts de “felicidad” publicados en Facebook. Aunque sabemos que son irrelevantes y entendemos que en su mayoría son exagerados e irreales, no podemos evitar la tentación de verlos. De hecho, para mayor información sobre su adicción consulte: https://actualidad.rt.com/sociedad/view/128192-adiccion-redes-sociales-enfermedad-cronica
Predecir algo es parte crucial de nuestras vidas. Nos permite soñar y sentirnos en control. Así es que , a menos de cincuenta días de festejar un año nuevo ¡no podemos quedarnos fuera de tan hermosa enfermedad! ¡Es inminente predicar algo!
Podríamos fácilmente predicar que Ezekiel Elliot estará fuera al menos cuatro juegos y que la liga, dos años después, encontrará videos mostrando su comportamiento neandertal, la cual resultará en una suspensión indefinida.
También, podríamos predicar que los Browns no sabrán quien será su quarterback titular en la semana ocho ( o 16) y que muy contentos seleccionarán como primer lugar en el Draft 2018.
En cosas menos seguras, también podríamos predicar quien será el quarterback titular en Denver, Houston, San Francisco, Chicago, o New York pero la realidad es que who cares?!
Y, ¿por qué no? Podríamos caer en la hermosa y estúpida tentación de predicar quién ganará el Super Bowl LII en donde fácilmente podríamos construir un argumento convincente para poner a los 49ers como contendientes principales.
Sin embargo, hay una historia que parece estar pasando desapercibida y que tiene el potencial de ser la historia más importante, polémica, interesante, increíble, e inesperada, no solamente de este año sino de toda la historia de la liga. Estoy hablando de una historia aún más grande que las vividas en: “Mira quien habla” by Joe Namath, “Top Gun» – by Kurt Warner, “La decisión” – by Brett Favre” o “Un viaje inesperado» – by Ricky Williams.
Ladies and Gentlemen, lamento “echar caca al pastel” antes de iniciar la temporada, pero considero prudente y necesario advertirlo: esta es la última temporada del mejor dúo de la historia: Tom Brady y Bill Belichick.
Uno de los errores que cometemos constantemente como mortales, es el intentar traducir y entender la vida de los que consideramos genios suponiendo que actuarán de una forma normal, justo como jamás lo han hecho.
Desde su inicio, la vida de estas personas está llena de decisiones fuera de lo común, acciones que a los ojos del mundo parecen exageradas y de una salvaje actitud tenaz que protege sus objetivos sobre cualquier obstáculo.
Dado a que la mayoría de nuestros días cumplen con relajación, postergación, y distracción (justo lo contrario), nos es muy difícil entenderlo. Pero, para ellos, hacer cosas extraordinarias es tan normal como un grande americano regular del día.
¿Es inconcebible pensar que Belichick está pensando en una separación después de que su “Little Tom” lo convirtió en el coach con más campeonatos de la historia? ¿Es ingenuo pensar que Brady será despedido después de habernos regalado su mejor actuación con 28 TDs y solo dos intercepciones en el año (por no mencionar el regreso más improbable que este deporte ha visto)?
¡Claro que lo es! Pero solo lo es en mentes cotidianas como las nuestras y, al parecer, mentes como la de todos los ejecutivos de la liga los cuales esperaban encontrar a Jimmy Garoppolo disponible en “trade” (es sabido que al menos tres equipos ofrecieron mucho mas del precio justo por Jimmy)
Garoppolo, suplente de Tommy (así me gusta llamarlo para imaginar que lo conozco), a sus 25 años de edad y con dos victorias en donde regaló actuaciones contundentes, era claramente el mejor quarterback que podría haber estado disponible en el mercado. A lo cual, Belichick solamente movió su labio superior, al mismo estilo que lo hace un león marino, para pronunciar las palabras: “estamos concentrados en la temporada, Jimmy es nuestro quarterback suplente”. ¡HA!
Podemos pensar (seguimos como mortales) que Belichick no suele deshacerse de talento tan fácil. Ok, quizá con estos nombres recordaremos si es verdad: Jamie Collins, Willie McGinest, Randy Moss, Deion Branch, Richard Seymour. ¡Adiós!
En nuestro aferre de pensar cotidianamente, podemos también argumentar que Belichick no intercambió a Garoppolo porque no cuenta un plan sobre otro quarterback suplente. Claro, solo si olvidamos que Jacoby Brissett (3er QB) ya ganó un juego como titular y que la mejor clase de prospectos de los últimos quince años estará disponible en el siguiente draft. “Beli – eve ME”, el mejor coach de la historia siempre tiene un plan.
Finalmente, siguiendo mostrando una terquedad absoluta, podríamos decir que Belichick está esperando a conseguir un mejor “precio” por Garoppolo. ¿Really? No existirá mejor momento que el pasado para conseguir fuertes ofertas por él. Jimmy termina su contrato como novato este año lo que lo convierte automáticamente en agente libre si New England no lo firma a largo plazo. En otras palabras, ya ningún equipo tiene la necesidad de dar algo por él pues estará libre al finalizar el año.
¡No! ¡No! ¡No! Nada de lo que esperábamos, pasó. Todo lo que pensamos que era lógico de hacer por parte de los Patriots quedó solamente en pensamientos ficticios.
Mientras todos seguimos pensando en Tom Brady como el inmovible titular en New England, Belichick está pensando en los 40 años de edad que éste tendrá al iniciar la temporada y en los siguientes quince años de su equipo. Mientras todos estamos pensando en que no existe quarterback con el talento y experiencia de Brady, Belichick recuerda que Drew Bledsoe le enseñó que eso realmente no se sabe hasta que otro jugador es puesto a prueba y que jamás habrá alguien más grande que un equipo.
Mientras todos encontramos ilógico e inconcebible dejar ir al mejor de toda la historia, Belichick, inconscientemente, le agradece a su extraordinaria seguridad, ser inmune al pensamiento común que, en su naturaleza, solo lleva a resultados de la misma forma…comunes.
No vivamos como mortales normales, disfrutemos apasionadamente este último año de verlos juntos. ¡Here we go!