En el enorme «cuadro de honor» de las cosas sin sentido que hacemos como seres “racionales”, el cual incluye al inigualable “salud” cuando alguien estornuda y al inoportuno “provecho” cuando alguien pretende meterse un bocado, hoy es oportuno retirar una tradición importante. Tradición que, en su momento, silencio y forma, guarda una oportunidad única y un valor desapercibido.

Pastel de cumpleaños, gracias.

Esto para ti,

De la misma forma en la que contestamos “bueno” en el teléfono, aun sin saber tu verdadero significado, hemos hecho de ti un ingrediente irremplazable en todas las fiestas. Si recordáramos que lo que realmente representas es la muerte y transcendencia al “más allá”, no estoy seguro si siguieras siendo tan popular. Si reforzáramos que tu origen es completamente religioso y pagano, no creo que Bin Laden te hubiera soplado. Así es que, por el bien tuyo y nuestro, permítenos reescribir tu significado.

A menos que te estés quemando, nunca eres soplado en solitud con el festejado. ¿Entiendes el poder que esto tiene? Representas la unión de personas que, sin contar que te admiran aun en completa ebriedad, están ahí bajo una vida en común. Eliminas procedencias y conviertes desconocidos en unión. Sé que esto parecerá dramático, pero, ¿qué otra tradición logra esto? ¿Día de la Madre? ¿Día de la Familia? ¡ha! Quizá el acto funerario sea el más cercano pero su humor no se compara.

Ya que has reunido a todos bajo un poder especial, cuando decides salir, en ese momento digno de fotografías, te conviertes en la única luz del lugar. Priceless. Esto es algo que ni siquiera Luis Miguel logró (lo sigue intentando). La atención de todos, sin ser forzada, se torna contigo de forma absoluta e inmediata. En la vida, muchas personas son capaces de generar la misma atención (Hitler, Trump, Peña), sin embargo, son mínimos los actos que lo hacen sin imposición (última competencia de Phelps, Jordan vs Stockton, “Mis sentimientos” – Ximena Sariñana).

Cuando el único reflector esta sobre ti, cuando logras calmar la mente de todos eliminando sus pensamientos por segundos…entregas uno de los mejores regalos que como seres humanos podemos recibir. Entregas la atención generada y la conviertes en reconocimiento a una sola persona, a la vida que comenzó ese mismo día algunos años antes.

Sin importar nuestras creencias y/o formación, al ser seres sociales, una de nuestras búsquedas más fuertes es la empatía con la gente. Tom Brady, Lionel Messi, Derek Jeter lo logran de forma masiva mediante actividades que requieren sacrificios sobre humanos. Tú, por lo contrario, provocas el mismo sentimiento por milésimas de segundos, pero de forma natural y con gente que puramente desea el bien de dicha persona. No pagas, no vuelves al festejado millonario, pero por un momento le haces sentir que nada le falta.

Ya habiendo entregado la atención y habiéndole recordado a esa persona que tiene gente la cual su vida no sería la misma sin ella, en tu último acto solemne das una muestra de cómo lograr nuestro reto mental y emocional más grande. Vivir un segundo a la vez.

No es el deseo que hemos sido enseñado a pedir durante siglos, sino lo que éste obliga hacer en nuestra mente. ¿Qué deseamos? ¿Porqué nadie piensa en algo puramente material en ese momento? Si lo piensan, siempre es resultado de una trayectoria de trabajo, compromiso y sacrificio. ¿Porqué el desear “que los “Niners” ganen más de dos juegos” se vuelve irrelevante ? ¿Porqué, si alguno de nuestros seres queridos tiene problemas graves de salud, su bienestar se convierte de inmediato en la primera respuesta? ¿Porqué, a temprana edad, un juguete es la opción lógica, pero, conforme avanzamos en la vida, el volver a ver a un familiar, dar vida a alguien o simplemente tener paz mental, son las únicas ideas que toman nuestra mente?

En realidad, no nos haces desear, nos haces reflexionar.

Finalmente, tu “mordida” y tu “partida” son solamente una forma elegante de salir. Después de terminar tu acto intenso y emocional, nos regresas a la cotidianidad, recordándonos que estamos aquí para festejar.

Pastel de cumpleaños, gracias.

Hoy, además de ser necio y desear que San Francisco encuentre a un quarterback que lance más de diez yardas y que no se hinque en el himno, deseo que jamás desaparezcas.

Deseo que, en la unión que provocas, en la atención que generas y en el silencio que regalas, por siempre nos recuerdes que, al igual que el día en que nacimos, lo más importante es reír y llorar, siempre en compañía de esa gente.