Hay $36.4 MILLONES de dólares de diferencia entre el salario que recibirá Brock Osweiler y Tom Savage en Houston. El segundo, “el más pobre”, se convirtió en el titular después de que Osweiler lanzó diez y seis intercepciones y se encargó de recordarle a los Texans y a toda la NFL que, a pesar de ser la liga más rica y avanzada del mundo y tener a la gente más capaz de la industria deportiva, las emociones y falsas expectativas nublan el raciocinio cuando se trata de seleccionar a la posición más difícil del planeta.
Imaginemos que usted, amable lector, llega a un lote de automóviles. Su presupuesto es de alrededor de $150,000 MXN. El encargado del lugar lo pasea explicándole las mejores opciones de acuerdo a sus preferencias y limitantes. Después de media hora de “platicar”, en la que usted repitió la palabra OK incansablemente, lo deja solo para evaluar dichas opciones. A lo lejos, usted se da cuenta que hay un automóvil que le llama la atención y el cual nunca fue mencionado por dicho encargado. Usted se acerca y, asombrado por las letras B-M-W que presenta el automóvil, se inclina hacia una de las ventanas para revisar el precio de éste dándose cuenta de que no solamente el precio se encuentra entre su rango, sino el modelo es mucho más reciente de lo que esperaba. ¡Jamás imaginó poder comprar un auto así! Emocionado, voltea a sus alrededores agresivamente en busca del vendedor con las ganas de gritarle: ¡mío! Pero, de pronto, la sangre llega a su cerebro provocando una dulce voz que le dice: “esto no es normal, algo debe tener…de lo contrario, este auto no estaría aquí”. Inmediatamente después, usted se calma, se fija si alguien lo ha visto y, apenado, se retira del lote.
La sangre, cuando se trata de seleccionar a un quarterback, pocas veces llega al cerebro de los dueños en la NFL. Si Brock Osweiller fuera un quarterback de setenta y dos millones de dólares; ¿Denver lo hubiera dejado ir?
La agencia libre con los quarterbacks no funciona como en el resto de las posiciones. Hay treinta y dos equipos en la liga y menos de diez pueden decir haber encontrado a su líder. La demanda supera ampliamente a la oferta. Si tenemos duda, repasemos este cuadro de honor: Jake Delhomme, Scott Mitchell, Jeff George, Kerry Collins, Jeff Garcia, Matt Flynn, Matt Hasselbeck, Tyrod Taylor, Ryan Fitzpatrick, Sam Bradford. Todos agentes libres, todos fracasos.
Hay cuatro excepciones que sería irresponsable no mencionar: Brett Favre (de Falcons a Packers), Drew Brees (de Chargers a Saints), Carson Palmer (de Bengals a Cardinals) y Alex Smith (de 49ers a Chiefs). Sin embargo, en los primeros tres, su historial de lesiones provocó que se convirtieran en agentes libre y, en el último, creo que ya es claro que fue un error por parte de San Francisco.
La única forma de encontrar y desarrollar a un quarterback es mediante el Draft. Veamos a los mejores equipos esta temporada; Dallas (Prescott), Oakland (Carr), New England (Brady), Seattle (Wilson). Todos seleccionaron a su quarterback en el Draft. En las últimas dos temporadas, solo tres equipos que llegaron a los playoffs no lo hicieron con un quarterback desarrollado en el Draft; Chiefs (Smith), Cardinals (Palmer), los cuales ya mencionamos y…Houston (Hoyer).
¿Por qué el Draft es la única opción? Porque para que exista un quarterback exitoso se necesitan combinar dos requisitos esenciales. En primer lugar, el jugador, además de poseer talento sobresaliente, debe desarrollar una fortaleza mental, ética de trabajo y habilidad de liderazgo que, evidentemente, poca gente en el mundo es capaz de desarrollar. En segundo lugar, y quizá aún más difícil que el primero, el jugador debe caer en una situación favorable que le otorgue tiempo para desarrollarse.
Es el segundo punto el que la gente más brillante del football a veces olvida. Como en la vida, hay veces en que la tentación por ganar rápido y mágicamente obtener resultados nos hace estúpidamente olvidar que no hay atajos para el éxito.
Es en el segundo punto en donde nacen los “Osweilers”.