El MVP de este año; cuestión de justicia y arrepentimiento.

“The hardest tumble a man can take is to fall over his own bluff” (no hay peor caída que un hombre puede tener que la causada por sus propias mentiras) – Ambrose Bierce

          El juego más famoso de cartas en el mundo no ganó su popularidad por lo interesante, difícil o divertido que es. Si lo analizamos, jugar Blackjack es más interesante, la creación del “Solitario” fue mucho más difícil y la diversión que deja el jugar “Manotazo” es altamente superior al Poker. Lo que realmente provocó que este juego se convirtiera en un fenómeno fue el lograr incorporar la habilidad más inexplicable, y a la vez peligrosa que tiene el cerebro humano; mentir. No hay nada que se parezca a la adrenalina generada por blofear. La aceleración en el ritmo cardiaco al subir la apuesta con un par de cuatros no tiene comparación alguna. Sin embargo, la adrenalina no es generada por blofear como tal, sino es resultado del miedo que provoca saber que no hay vuelta atrás. Después de mentir, sin importar las consecuencias, no se puede mostrar la mínima muestra de arrepentimiento.

           Al igual que en todas las demás semanas, la número trece (hace dos) en la NFL estuvo llena de emociones, historias y equipos patéticos (véase; Browns, 49ers). Sin embargo, hubo una historia que sorprendentemente pasó desapercibida y desapareció más rápido que la carrera de Imanol. Los New York Giants, en su partido contra Pittsburgh, se quejaron después de haber identificado que dos balones estaban por debajo del mínimo de aire permitido. ¡¿Qué?! ¿Nos recuerda esto algo? Según los parámetros de la NFL, Ben Roethlisberger tendría que ser suspendido por cuatro juegos, la familia Rooney tendría que pagar un millón de dólares y Pittsburgh tendría que perder una primera selección en el Draft. Pero, ¿cómo respondió la liga esta vez? ¡Haciendo absolutamente nada! En un comunicado de la misma longitud que tiene un “tweet”, la NFL patéticamente respondió: “se revisaron los balones y se determinó que no ha habido ninguna violación…ninguna queja formal ha sido presentada…caso cerrado”. ¡¿Es en serio?! ¡¿Queja formal?! ¿Acaso los Colts levantaron una demanda en la Suprema Corte? ¡¿Se revisaron los balones?! ¡Los Giants comunicaron que los balones tenían 11.4 y 11.8 de psi respectivamente, muy por debajo del 12.5 permitido!

          Si como fan y amante de la NFL me siento ofendido, no puedo imaginar cómo se siente un amante de los Patriots, o bien, una amante de Brady. Por dos años, nos hicieron creer que el desinflar balones era igual de grave que pegarle a una mujer y que justificaba destruir la integridad de uno de los mejores quarterbacks de todos los tiempos. Hoy, han decidido arbitrariamente burlarse de nosotros es insultarnos asumiendo que nadie se daría cuenta de la mentira y contradicción más grande de su historia.

            Gracias NFL, gracias por abrirnos los ojos y recordarnos que, al igual que las llantas de los coches, los balones se desinflan naturalmente en bajas temperaturas (ambos juegos, 2017 y 2014 se jugaron en temperaturas bajo cero). Gracias por recordarnos que no tratas a todos los equipos por igual pues solo cuando se trata de los Patriots el término “chivo expiatorio” es aplicable. Gracias por enseñarnos que, aun después de haber invertido veintidós millones de dólares en investigaciones y procesos para que esto no se repitiera, tus lineamientos siguen siendo grises e inservibles. Gracias, porque al pensar que seríamos suficientemente estúpidos para ignorar esta historia, nos demostraste lo grande de la mentira en la que te metiste al querer pintar una imagen de disciplina y transparencia la cual solamente terminó en fiasco e injusticia.

            En fin, solo queda una cosa por hacer. Al mismo estilo en el que las aerolíneas nos dan “otro boleto abierto” de consolación cuando deciden sobrevender sus vuelos, la liga tiene la obligación moral de provocar que Tom Brady gane el MVP esta temporada. Si bien es cierto que la NFL no es directamente responsable de decidir al ganador, seriamos ingenuos en pensar que no tiene la fuerza e influencia necesaria para hacer que esto pase. Hoy, el único argumento que existe en contra de Brady como el jugador más valioso, es su ausencia de cuatro juegos mientras cumplía LA SUSPENSION MAS RIDICULA DE LA HISTORIA. En cuestión estadística (2,876 yardas con tan solo 2 intercepciones), nivel de juego (destruyó a la mejor defensiva de la liga con 406 yardas) y récord (8-1 desde su regreso), Brady es altamente superior a cualquier otro candidato. Pero, aun con estos argumentos, el nombramiento de este año debe de ir más allá de los números. Este año, el MVP tiene que ser un pequeño intento de pedirle perdón a una de las mejores franquicias del mundo. Tiene que ser, después de tantas mentiras, una mínima muestra de arrepentimiento.

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