El 85% de los elevadores en el mundo no tienen el número 13. What?! Detengámonos por un segundo y analicemos. ¿A qué niveles llegamos como humanidad para remover arbitrariamente un número? ¿Qué pensaría Baldor de esto? (Nota al pie derecho: Baldor es una de las farsas mercadológicas más grandes de la historia. ¿Cuántos de nosotros pensábamos que el libro era árabe y que éramos torturados por ejercicios creados estilo Gryffindor? El libro es cubano y el genio en la portada es tan falso como el “Diet” en la “Coke”)
Según la religión cristiana, o, mejor dicho, según lo que nosotros queremos interpretar de la Biblia, Judas fue el décimo tercer apóstol que llego a la mesa en la última cena y, como bien sabemos, fue quien traicionó a Jesús. Gracias a eso, DOS MIL AÑOS DESPUÉS, no podemos poner el número 13 en los elevadores, hacemos películas de terror con ese número, y, el mejor de todos, no podemos casarnos ni embargarnos en esos días. Priceless.
La creencia de la “mala suerte” ha provocado que millones de personas avienten sal hacia atrás solo porque se les cayó en la mesa. Ha provocado que el racismo continúe en los gatos pues no hay peor fortuna que nacer negro. Inclusive, ha forzado a despertarnos con un solo pie pues con el izquierdo “no se debe”. Pero, ¿qué es la suerte? ¿Por qué hay mala y buena? ¿Por qué nos afecta tanto?
Veamos la definición que nos regalan dos diccionarios (by the way, los diccionarios son escritos por nosotros mismos):
- Encadenamiento de sucesos que es considerado casual o fortuito.
- Concepto al que hacemos responsable de los eventos que ocurren más allá del control humano.
No encontraremos definición que omita usar adjetivos tales como: fortuito, “más allá”, etc. Como resultado, y gracias a que aparentemente la suerte es crucial en lo que nos pasa, hemos decidido darle un peso extremo a “algo incontrolable” en nuestras vidas. Es más, hasta NOS DESEAMOS SUERTE. Really? ¿Cómo me dices que “tenga” suerte si por definición no la puedo tener?
Los tres mejores equipos de la liga: Cowboys, Patriots, Raiders. Sus quarterbacks: Dak Prescott, Tom Brady y Derek Carr. Ninguno seleccionado en la primera ronda. Equipos con “suerte”. ¿No?
Según ESPN, Dak Prescott es el quarterback con mejor rating de la liga. Novato seleccionado en la cuarta ronda quien no solamente entró a jugar porque el titular se lastimó, sino porque al suplente también le pasó lo mismo. Ahora, vayámonos un poco atrás. 2011 (Smith), 2013 (Frederick), 2014 (Martin) fueron los años en los que Dallas decidió usar su primera ronda en el Draft para seleccionar a un liniero ofensivo. Hoy, todos son pro bowlers. En este 2016, después haber construido la base de su ofensiva, seleccionaron al novato del año (Eliiot). Si, lo acabo de nombrar. Pero esa es la historia que todos conocemos. ¿Qué tal de las que pasamos desapercibidas? Philadelphia, en la semana ocho, tenía que avanzar solamente tres yardas para poner el juego a diez puntos de diferencia con seis minutos restantes. Todo perfecto para romper la racha de cinco victorias consecutivas de Dallas hasta que…MR. Sean Lee decidió, como lo ha hecho toda la temporada, hacer una jugada increíble. Detuvo a Darren Sproles seis yardas atrás de la línea y forzó a los Eagles a despejar el balón. Cowboys 29-23 en tiempo extra. Hoy, record de 10-1. Sean Lee, seleccionado en la segunda ronda del 2010 cuando muchos expertos cuestionaban dicha decisión. La primera selección de ese mismo año: Dez Bryant.
Chad Pennington, Giovanni Carmazzi, Chris Redman, Tee Martin, Marc Bulger, y Spergon Wynn son los nombres de los quarterbacks seleccionados en el 2000 antes de Tom Brady. Ninguno juega en la liga ya. La historia es tan famosa que hasta un documental se produjo (“The Brady 6”). Lo que el documental no dice es cómo fue utilizado Brady en su primera temporada como titular. Sus 2,843 yardas totales no fueron nada cercanas a las más de 4,000 yardas que ahora hace año tras año. ¿Por qué? Brady no estaba listo aún para ser el líder en New England. En ese tiempo, Lawyer Milloy y Teddy Bruschi lideraban a una defensiva con 5 pro bowlers y eran la cara del equipo quien logró derrotar a los Rams en el Super Bowl (St. Louis había roto el récord con 503 puntos). Ahora, algunos jugadores seleccionados en los años subsecuentes a Brady: Deion Branch (WR), Daniel Graham (TE), Matt Light (OT), David Givens (WR), Dan Koppen (C), Logan Mankins (OG). Todos ofensivos. Todos personajes importantes en los cuatro campeonatos. Todos con el objetivo de crear al mejor quarterback de todos los tiempos. Hoy, Brady tiene la experiencia para cubrir muchas de las deficiencias en su equipo.
Ryan Lochte hubiera sido el mejor nadador de todos los tiempos si no fuera por… Michael Phelps. Lo mismo sucede en Oakland, quien, igual que Dallas, ha invertido fuertemente en su línea ofensiva y hoy tiene al segundo mejor grupo. Cuatro de los cinco podrían ser los mejores en la Conferencia Americana y han permitido que Derek Carr se desarrolle mucho mejor que su hermano. El 21 de noviembre, Oakland reanudó la serie internacional en México al ganarle a Denver 30-20. Si bien, nosotros estamos acostumbrados a los 7,600 pies de altura del DF, este cambio no era prueba fácil para ningún equipo. A la semana siguiente (corta de preparación), los Raiders vencieron a un equipo desesperado (Panthers) después de permitirles 25 puntos sin respuesta. Aun estando 32-24 abajo en el marcador y tal como lo han hecho todo el año, regresaron con completa calma. Aunque se dice fácil, no todos los equipos pueden hacer esto. Oakland es la perfecta combinación entre experiencia y juventud que le permite no cometer errores cruciales y, al mismo tiempo, regresar en juegos difíciles. Derek Carr tiene 25 años, Copper, su mejor arma ofensiva, 22. En la defensiva, Khalil Mack (25) y Karl Joseph (23) son las estrellas del futuro. Mientras tanto, Donald Penn (33) y Crabtree (29) proveen experiencia ofensiva al igual que Reggie Nelson (33) y Perry Riley (28) a la defensiva. Cautelosamente, los Raiders han rejuvenecido a su equipo sin perder líderes en posiciones claves.
En un juego de football, y más aún en una temporada completa, muchas cosas pueden salir mal. El balón puede botar hacia el otro lado, el pateador puede pegarle al piso, el quarterback titular puede lastimarse. Sin embargo, hay pocos equipos que realmente entienden que el constante trabajo hacía una estructura, filosofía e identidad tiene un valor mucho más grande que el que tienen los sucesos fortuitos. La semana 13 existe en la NFL porque el éxito en este juego, como en la vida, poco tienen que ver con la definición que hemos creado de “suerte”. En esta semana, volveremos a ver balones rebotando a favor de Dallas, castigos a favor de New England y vientos y alturas que le ayuden a Oakland. Lo importante, al verlos, es recordar que estos equipos han eliminado las palabras “sucesos fortuitos” de su diccionario. Las han reemplazado, gracias a su constante y correcta toma de decisiones, por la palabra “consecuencia”.
Que buena duerte que aeas mi hijo
Gracias
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