Tony,

             Este es el sexto año que escribo. En su mayoría, sobre football. Lo hago porque valoro el poder que tiene el deporte y porque me apasionan las historias que se crean alrededor de él. Desafortunadamente, la insignificancia de mis escritos es parecida a la insignificancia que la gente de tu país ha mostrado hacia nosotros, los mexicanos, en sus últimas elecciones. Deberás saber que no todos trascendemos con nuestros actos como tú.

            En fin, en estos seis años, una de las constantes en mis escritos ha sido el defenderte como uno de los mejores quarterbacks que tiene la NFL. Recientemente, en una de mis columnas más criticadas, me atreví a expresar que no había comparación entre tú y Dak y que Dallas cometería un error al quitarte la titularidad. Desde que llegaste a la liga, me aferré a la idea de verte como uno de los mejores en su posición y, aprovechando la resistencia que nuestra mente tiene para cambiar de opinión, argumenté con estadísticas lo desvalorado que siempre has sido y la mala “suerte” que has tenido.

        Como apasionado “fan”, esperé en frente de la televisión por media hora para escuchar tu conferencia de prensa (http://www.nfl.com/videos) , la cual, la sorprendiste leyendo una carta y no aceptando preguntas. Mientras la leías, no podía evitar el nudo en la garganta y las ganas impulsivas de escribir sobre los “aprendizajes” de vida que nos estabas dejando.

             Cuando terminaste de hablar, de inmediato abrí mi computadora y escribí la frase con la que decidiste terminar tu escrito. Esto, con la única intención de hacerte un homenaje más y resaltar lo poco valorado que eres:

                “I think we all have two battles…one with the man across from you, the second is with the man inside of you, I think once you beat the man inside of you, the one across from you doesn’t really matter” (“creo que todos tenemos dos batallas…una contra el hombre que tenemos enfrente, la otra contra el hombre que tenemos dentro, una vez que vencemos al que tenemos dentro, el que está enfrente realmente deja de importar”)

                     La escribí, la leí nuevamente y justo en ese momento…justo al analizar tu frase…

              Me di cuenta de lo equivocado que todo este tiempo he estado y de la errónea percepción que me hice de ti.

             En ese instante recordé el momento cuando Brett Favre lanzó su última intercepción (https://www.youtube.com/watch?v=0UUeqvquXZI). ¿Recuerdas el juego? Favre tenía 40 años y estuvo a un juego de llegar nuevamente al Super Bowl. Pero lo que realmente quiero que recuerdes es que fue ese partido el que provocó que la liga investigará sobre los pagos ilegales por golpear al quarterback que los Saints tenían implementados. Greg Williams, ¿lo recuerdas? Los seis sacks y once golpes que Favre aguantó ese día, me hicieron recordar que no fue su talento, si no su incansable lucha y mentalidad de morir por un equipo lo que siempre lo hizo grande. Mentalidad que hoy entiendo tú no tienes.

                  Tu “speech”:

                  “…It´s always about the team…I´m not going to let this situation affect Dak…” (“…es por el equipo…no voy a dejar que esta situación le afecte a Dak…”) !¿Equipo?! ¿Te refieres al que te acaba de desechar después de 16 años en los cuales peleaste por tener el 10% de la ayuda que ahora tiene tu reemplazo? Este equipo te acaba de decir que todo lo que tu formaste le pertenece a alguien más. ¿Recuerdas que hizo Favre cuando le intentaron decir lo mismo? !Se fue en ese momento y regresó para ganarle a Green Bay en Lambeau Field! ¿Te acuerdas lo inmediato que Peyton Manning exigió estar fuera de los Colts cuando se enteró que tomarían a Andrew Luck en el Draft? No, Tony, estas muy equivocado, el trabajo en equipo y la función de compañero existe solamente cuando eres parte de él.

                  “…Everyone has doubts…you almost feel like an outsider…” (“…todos tienen dudas (de ti)…te sientes como un externo…”) !OUTSIDER! !¿En qué momento te volviste un extra?! Te recuerdo que Dak Prescott existe porque TE LASTIMASTE. Te lastimaste siete veces gracias a lo patético de tu personal ofensivo por más de diez años. Tu forma arriesgada de jugar no era precisamente tu estilo cuando estabas en Eastern Illinois, la desarrollaste como única alternativa y, aun así, rompiste todos los records como quarterback de “tus Dallas Cowboys”. !Eres el creador de este equipo! !Gracias a ti seleccionaron a esa línea ofensiva! !Gracias a ti Dez Bryant no es un Josh Gordon más! !Gracias a ti Jason Garrett tiene trabajo!

                  “…Chances for success diminish…” (“…las oportunidades de éxito se reducen…”) !¿Para que lo dices si no lo entiendes?! ¿Te diste cuenta como peleó Brady contra UN SISTEMA COMPLETO para limpiar su nombre y no perder un solo juego? Puso su carrera y reputación en riesgo por el “simple” hecho de no fallarle a su equipo. Efectivamente, las oportunidades en este deporte, como en la vida, se reducen cada segundo, y tú aparentemente estas dispuesto a ver cómo pasan enfrente de tus ojos. Permíteme decirte algo que quizá no estés viendo; a menos que creas que los Browns o San Francisco te van a ofrecer un equipo campeón, esta era tu oportunidad.

                  “…You are not handed anything; you earn everything…that´s the way football works…” (“…No se te regala nada, tienes que ganarte todo…así funciona el football…”) Sorprendente tu contradicción. En lugar de seguir luchando, has decidido hacerte a un lado. Quizá esta es la razón por la cual solamente ganaste dos juegos en playoffs. Quizá por esto soltaste el balón en Seattle sosteniendo el gol de campo. Cuando realmente se necesita luchar y “morir” por las cosas, simplemente no lo haces. Grandes jugadores como Steve Young nos han recordado que por las cosas que realmente queremos se tiene que luchar en contra de cualquier adversidad, digo, no sé si te acuerdes, pero el luchó en contra de la imagen del que mucha gente considera el mejor de todos los tiempos. Quizá, después de todo, tu lucha nunca ha sido tan grande.

                   A diferencia de mis escritos, tus actos desgraciadamente no son insignificantes y estuvieron a punto de darme una enseñanza errónea.

               Hoy, tristemente usaré tus palabras, “…It´s in this moment that you find out who you really are…” (“…es en estos momentos en los que te das cuenta quien realmente eres…”),  para despertar y darme cuenta lo equivocado que estaba.

                    Hoy, nos has enseñado cual es el hombre que llevas dentro.