Tan solo nueve años, justo en esa edad en donde la mente empieza a descubrir el mundo y en la que jamás lo volverá a ver igual. Pensamientos puros, ilusiones inocentes…sueños palpables. Con sus manos temblando, quitaba desesperadamente la envoltura del regalo dado por su padre. Sin necesidad de abrirlo todo, al solo ver el color azul inconfundible y una estrella que le representa su máxima emoción, gritó: ¡El jersey de Ezekiel Elliot!
El 20 de octubre de este año, Josh Brown, uno de los mejores pateadores de la NFL, perdió su trabajo. Despedido indefinidamente después de que la policía reveló detalles repugnantes del abuso cometido contra su ahora ex esposa, Josh declaró ante la prensa: “…traté a mi mujer como un objeto y jamás pensé en el daño que le causaba…”. Desgraciadamente, esto no es lo más decepcionante. Los Giants, confesado por su dueño John Mara, sabían de este abuso y no solamente decidieron “castigarlo” con un partido de suspensión, sino también lo firmaron por $4M USD al inicio de la temporada bajo el débil argumento de que no “tenían todos los detalles” del caso. ¡¿Todos los detalles?! ¿Es relevante saber si le pegó con un bat o con un tubo? ¿El número de golpes y groserías determina el número de juegos que debe estar fuera?
El abuso contra la mujer, como muchos otros desordenes sociales, es un problema de cultura, no es un problema de violencia. Es un problema que se genera por falta de conocimiento y educación y que lleva en nuestra sociedad desde que tenemos registros de nuestro comportamiento. El Gobierno Inglés, conocido como “The Common Law of England”, le concedía la libertad a cualquier esposo de golpear a su mujer siempre y cuando el palo que usara no tuviera un ancho mayor al ancho de su dedo pulgar, de ahí el dicho: “Rule of Thumb”. Existe gente, mucha más de la que pensamos, que realmente cree que la mujer es un ser inferior y que debe servir al hombre. Peor aún, existen muchos niños que hoy están viendo ese comportamiento animal en su casa y que, al crecer, lo repetirán pues su historia les obliga a verlo como algo normal. Según Barkley Lynn, uno de los médicos-psicólogos más reconocidos en el tema, asegura que, entre las edades de 7 a 12 años, solo es necesario presenciar un episodio de violencia familiar para asignarlo como “normal” el resto de la vida.
Un poco antes de que supiéramos todo acerca de Greg Hardy, el ex jugador de Cowboys y Panthers que abusó en repetidas ocasiones de su esposa, la NFL tenía, dicho por ellos, “poca información sobre su comportamiento”. Increíble ¿no?, la duda era si le había pegado o no a su esposa y hasta que magnitud lo había hecho. Repito: ¡si le había pegado o no! Si la NFL, la liga deportiva más grande y poderosa de este mundo, no tiene claro que la violencia contra la mujer incluye abusos psicológicos, amenazas, acosamientos sexuales o cualquier otra forma de humillación, y que no necesariamente tienen que existir golpes, entonces tenemos un problema mundial, una epidemia escondida a la que no le prestamos suficiente atención. Estadísticas internacionales aseguran que en 81% de los casos que se reportan, las víctimas presentan daños físicos. Lo triste, es que se estima que solo el 20% de los casos totales se reportan. ¿Tenemos idea de cuantos casos existen que no se reportan por el estúpido pensamiento de que no ha habido violencia física aún? Greg Hardy perdió su carrera también…después de todo, si la golpeó.
Ray Rice, ex corredor de los Ravens, fue el actor del caso más polémico en la historia de la NFL relacionado a este tema. Tristemente, es el más polémico solamente porque existe un video que evidencia los golpes que dejaron inconsciente a su prometida. En 2014, un poco antes de que el video se publicara, Rice fue suspendido por dos juegos nada más y, aunque la NFL había contratado a Lisa Friel, experta en el tema, no decidió suspenderlo indefinidamente hasta que, una vez más, tuvieron PRUEBAS VISUALES DE LOS GOLPES.
En los dos años siguientes al caso Ray Rice, la NFL ha registrado otros ocho. En todos, ha tomado la misma postura de otorgar sanciones “broma” de uno o dos juegos hasta que las pruebas sean convincentes. Si dividimos estos casos entre el total aproximado de jugadores en la liga tenemos menos del .5% de índice, el cual, comparado con el 4% que reportan los índices internacionales es significativamente inferior. Es decir, la NFL no tiene un problema de violencia contra la mujer alarmante comparado con el resto del mundo, sin embargo, sus jugadores son expuestos al mundo un 1000% más que el común de la población lo cual genera una diferencia crucial. Los jugadores de la NFL pierden su carrera, ¿en cuantas otras profesiones pasa lo mismo? ¿Injusto? No, los 24M USD que gana Andrew Luck (Colts, QB) son generados por su popularidad, por su exposición a la gente, por sus miles de niños que reciben su jersey. Sus estándares como persona son mayores (aunque no debería). Los jugadores representan algo mucho más grande, representan una organización completa que vive de que la gente la vea…su producto es su reputación.
Dos meses antes de ser seleccionado por los Dallas Cowboys, Ezekiel Elliot recibió acusaciones de violencia por parte de su expareja. Según el reporte, Elliot abusó de ella durante cinco días provocándole lesiones en el hombro después de haberla aventado contra la pared. Según Robert Tobias, uno de los jueces encargados del caso, “se cree que existieron una serie de altercados entre Elliot y su mujer en donde existió violencia”. Una vez más, nada de esto ha sido comprobado aún. Elliot es el líder corredor y nominado a novato del año.
La NFL siempre nos ha dado la oportunidad de admirar historias de adversidad, compromiso y sacrificio en todos los ídolos que ha logrado crear. En la mente inocente de miles de niños, ha promocionado los valores imprescindibles que el fútbol americano enseña y ha hecho del deporte sueños palpables. Hoy, a pesar de su patética aplicación de castigos, puede estarnos dando otra oportunidad de enseñar. Enseñemos que, si Ezekiel Elliot es suspendido, será porque cometió uno de los errores más grandes que un hombre puede cometer. Enseñemos que todo el dinero y fama pueden ser perdidos en un instante si insultamos a nuestra pareja. Enseñemos, aunque sea a los nueve años, que ni siquiera el mejor corredor del mundo, puede faltarle el respeto a una mujer.
Comparto contigo el respeto por la mujer. Es muy atinado tu comentario y me da un gusto enorme saber que asi piensas.
Socrates dijo «Dadme un niño hasta lis ocho años, y respondere por el resto de su vida !!!!!! Un abrazo.
David.