¿Qué piensan cuando escuchan la palabra Almanaque?
¿El Almanaque?¿McFly?
¡Claro! ¿Cómo olvidar esa revista que contenía todos los resultados deportivos de los últimos cincuenta años (1950-2000) transportada por Marty McFly y robada por el temible (¡ha!) Biff en Back to the Future? Quizá la palabra “almanaque” fue realmente popularizada por el Canal 5 y su obsesión por poner esta película en permanencia involuntaria, pero el hecho de tener un record de todos los resultados del deporte y generar una historia en el tiempo como lo logra Robert Zemeckis (Director y Escritor) es una verdadera obra de arte.
Aunque realmente es grandiosa, la historia carece de un aspecto muy importante que la aleja de la realidad. Imagínense por un momento ser ustedes los poseedores de este almanaque (me encanta decir esta palabra, es más, la estaba diciendo en voz alta cada vez que la escribía hasta que la señora, sentada a dos mesas, cuidadosamente me observó, evidentemente pensando en Marty McFly). En fin, suponiendo que su necesidad por ser millonarios es más grande que su ética, tal como lo es para el 99.9% de la población, ¿qué harían en este momento con ese libro? De inmediato irían al Caliente, Big Bola, Yak o alguno de sus derivados, y apostarían en cualquier evento deportivo que estuviera en ese momento (visualicen su emoción exagerada sobre el torneo de curling o boliche). Ahora, suponiendo que pueden contener sus impulsos tal como el 0.01% de la población, ¿cuánto apostarían? Obviamente cada uno de nosotros tenemos capacidades diferentes de liquidez, pero, si pensáramos por un segundo en que tenemos el máximo de dinero disponible (según los límite del casino), ¿lo apostarían? ¿Repetirían el mismo ejercicio diariamente? ¡No! En menos de quince días tendrían alguien interrogándolos, estarían vetados del lugar, pasarían su nombre a todos los demás casinos bloqueándoles el acceso a estos también, y, la fortuna, que pudo haber sido la más grande de la historia, se quedaría en unos miles de dólares solamente. Bienvenidos a la FIFA.
¿Cómo logras, siendo líder de la mafia más grande en la historia de los deportes profesionales, desmantelarla en un instante después de haber operado “exitosa” y asquerosamente por más de veinte años? Le asignas el mundial a Qatar. Brilliant.
Tener estimadas a 4,000 muertes de trabajadores inmigrantes en la construcción de estadios para el mundial del 2022 y seguir con el proyecto solo enseña la avaricia desenfrenada con la que la gente que dirige hoy la FIFA opera. Recalco los dos últimos puntos; la gente que dirige la FIFA no es lo mismo que la institución, y, segundo, la misma gente parece que seguirá dirigiendo…al menos Joseph Blatter. Pero, ¿Qué paso? ¿Cómo puedes ser tan grande y haber “escondido”, por tantos años, que operabas bajo sobornos los cuales dictaban prácticamente todas tus decisiones, entre las más importantes: en donde se juega el mundial y quien dirige las asociaciones líderes en cada continente? ¿Solamente siendo tan grande puedes esconder algo así? O, quizá la pregunta que más nos debería de dar miedo es: ¿así operan todas las organizaciones importantes del deporte profesional en nuestro mundo? En palabras de Jimmy Fallon: EW!
Empecemos por explicar que fue lo que paso y no nos tardemos ya que es bastante claro. El reporte, publicado por el Distrito de Nueva York encontró más de $150 millones de dólares en sobornos hacia dirigentes de la FIFA relacionados con decisiones importantes como las mencionadas anteriormente. Además, hay pruebas claras que, estos dirigentes, tenían pleno conocimiento e, inclusive, ocultaron información, sobre un faltante de más de cuarenta millones de dólares en una empresa de mercadotecnia en Suiza, la cual, quebró por obvias razones después de haber celebrado contratos para patrocinar torneos importantes. Chequen esta nota: Se encontró que Chuck Blazer, miembro del consejo de la FIFA y ex secretario general, rentaba un departamento en la torre Trump de Nueva York por $6,000 dólares mensuales…para que vivieran sus gatos.
Las acusaciones e investigaciones muestran aproximadamente veinte años de corrupción. Aquí la pregunta más interesante: ¿Por qué tantos años de no saberlo o, mejor dicho, de saberlo y no hacer nada al respecto? Como todo crimen, y si queremos pensar más a fondo, como toda mentira en la vida, mientras el costo por ocultarlo sea menor que el costo del crimen en sí, lo seguimos haciendo. Afortunadamente, siempre se voltea la balanza. Hoy, la avaricia de los líderes de la FIFA involucran a 19,000 familias en Brazil que fueron removidas de sus hogares para hacer posible el desarrollo de estadios y facilidades para el mundial, claro, el pretexto fue que el suelo en el que estaban “representaba un riesgo” y la ciudad tenía que “avanzar en cuestión de infraestructura”. Hoy, la enfermedad de estos dirigentes, se relaciona a la muerte de James Nkambule, político Sudafricano, famoso por publicar casos de corrupción y asegurar tener información sobre montos pagados externamente para construcciones de estadios. James tenía treinta y siete años y murió envenenado en su departamento. Hoy, la falta de límites de esta gente provocó pésimos manejos de fondos como los 137 millones de dólares para la construcción del estadio en Nelspruit (Sudáfrica) mientras que los habitantes de esta ciudad no cuentan con drenaje ni electricidad. Podríamos llegar a pensar que estas “inversiones” generan empleos hasta que indagamos y nos damos cuenta que esta civilización está regida por una dictadura que utiliza el asesinato como opresión hacia los protestantes. El costo de ocultarlo ya no es menor.
El crimen es evidente, el costo ya es mayor, aun así, se necesita de un motivo para desmantelarlo. Obviamente el motivo por excelencia se llama dinero…dinero, dinero, dinero. Pensémoslo, si el crimen y el costo que conlleva fueran suficientes razones para levantar investigaciones en contra de las mafias del mundo entonces el Vaticano sería líder en detenciones. La FBI estaría en Roma y Dalai Lama y Oprah Winfrey serían parte del consejo. De la misma forma en la que es el costo de ocultar esta porquería se volvió mayor que sus beneficios, el beneficio por tirarlo, para Estados Unidos, ya es mayor que el no hacerlo. A partir del mundial de Brasil, el mercado norteamericano se volvió el más importante para cuestiones televisivas. Marcas como Gatorade, Nike y Coca-Cola están invirtiendo cifras record en patrocinios relacionados con el futbol soccer. La liga MLS crece constantemente y, por primera vez en la historia de este país (duele escribir esto) la participación en niños menores a doce años aumentó más que en ningún otro deporte.
Todo esto nos lleva a pensar realmente en las consecuencias que esta investigación pueda tener. Si todo el cuerpo de dirigentes de la FIFA, terminando con Joseph Blatter, es removido y exterminado, ¿Quién tomará el liderazgo? Aún más importante; ¿bajo qué términos? Estados Unidos es el proponente número uno de la equidad en el deporte, ¿hará lo imposible por imponer sus principios en el único deporte multimillonario en el que no cuenta con dominio? Si bien suena irónico pensar en imponer topes salariales en todas las ligas regidas por la FIFA (lo cual representaría el final de clubes como el Real Madrid, Barcelona, Manchester, etc., al menos como hoy los conocemos), no suena tan lejano ver, en el consejo, a norteamericanos representantes de las marcas más importantes impulsando por cambios en reglas, torneos, fechas, etc. Algo así como Phli Knight (dueño de Nike) pidiendo que se pueda jugar con pantalones (véase sport leggings) para poder generar otros cuantos millones de dólares. O que tal esta posibilidad, la cual va acorde a toda la “ideología” norteamericana; aumentar considerablemente la edad mínima en la que un club puede contratar a un jugador, no más contrataciones tipo Messi a los trece años de edad. Esto indirectamente le permitiría a Estados Unidos a manipular el reclutamiento, usar sus sistemas colegiales y, finalmente, hacerse de mejor talento a menor precio.
En Back to the Future, Bill logra hacer una fortuna apostando constantemente cifras cada vez mayores mientras el mundo lo admiraba y lo llamaba vidente. Marty McFly viaja en DeLorean y logra recuperar el almanaque. Al final, regresando los años, todo vuelve a la normalidad, Biff sigue siendo el mismo perdedor, Doc el mismo intenso y McFly el mismo teto. Pierde la maldad y gana la verdad.
En la FIFA, hoy sabemos quién está perdiendo y porque está perdiendo. El problema es que no sabemos nada del que está recuperando el ALMANAQUE.
Excelente artículo desde el punto de vista de un «tochero». Sin embargo, es un punto de vista objetivo. Que no se confunda con una «teoría de la conspiración» jaja!
Muchas gracias por tu comentario amigo