Bourbon Street hoy tiene más fiesta que nunca, reconocimiento a quien se lo merece.

 

Cerré la puerta, recorrí el corto pasillo de mi casa sin poder dejar de ver la tele que no mostraba más que confeti cayendo al piso sobre el rostro de Drew Brees que no sabía si llorar o buscar el primer camión a Bourbon Street, me dejé caer en el sofá, logré ver las decenas de vasos que siempre deja una buena fiesta sobre la mesa y escuché a mi padre hacerme la pregunta qué, seguramente, se hacían más de 100 millones de personas al mismo tiempo; Que fue lo que pasó?

Llevo tres días tratando de encontrar la respuesta a esa pregunta, he escuchado, leído y hasta visto reacciones como: «Fue el peor pase de Peyton Manning», «Fue la mejor actuación defensiva desde los Osos de 1985», «Reggie Wayne ya ni siquiera quería jugar», «Peyton, después de esta actuación, queda excluido de la discusión sobre el mejor Qb de todos los tiempo», etc.… y la verdad es que en todas ellas no consigo encontrar un patrón común para tratar de explicar el gran juego que disfrutamos como Super Bowl XLIV pues, aunque las opiniones siempre tienen algo de verdad y aunque a veces no lo parezcan, la realidad es que sin lugar a duda NADIE ESPERABA UN 31 A 17 de un equipo que a unos pocos años atrás tenía un refugio de damnificados como estadio.

En fin, hoy no me queda alternativa más que dar mi opinión (es la que más tiene verdad dentro de todas, ha!) Hubo muchos momentos que jamás vamos a olvidar de este juego pero el más trascendental, y sin que nadie lo notara, ocurrió dos semanas antes a un par horas de que Sean Payton levantara el trofeo George Halas. La pregunta fue «Coach, que es lo más importante para el juego en dos semanas?». La respuesta fue sencilla, como el mismo coach, pero con una profundidad invisible: «Tener en mente que vamos a jugar contra el mejor jugador de la liga y probablemente uno de los 5 mejores de todos los tiempos». Sean fue totalmente directo sabiendo que no le estaba contestando solo a la prensa ni a Jim Caldwell (coach de los Colts), el cual seguramente lo único que hizo fue parpadear, ni a sí mismo, sino a sus jugadores que necesitaban este tipo de guía para saber qué hacer en lo que sería el juego más grande en la historia del equipo pues se borrarían de la lista de equipos que nunca habían llegado al Super Bowl (como Detroit, que al parecer se pelea el premio a la vergüenza con General Motors en esa ciudad). El objetivo era más claro que el nuevo presupuesto de Obama (BROMA), Nueva Orleans no enfrentaría a Indianápolis, Nueva Orleans enfrentaría a Peyton Manning y esa diferenciación entre objetivos sería expuesta al máximo tan solo dos semanas después.

8 – 15, no encuentro mejor estadística para comprobar esto que el numero de posesiones (8) que Sean logró limitar a Manning, Nueva Orleans tuvo la bola casi el doble de veces (15) que los Colts y logró que el jugador más valioso de la liga, muy probablemente de la década, observara la mayoría del juego como un estudiante observa el reloj a diez minutos de acabar la clase. Detrás de este número hay una increíble estrategia que nadie se ha puesto a pensar, que está hoy opacada por las grandes historias palpables que vivirán para siempre en la historia del partido.

Empecemos por el volado, el cual fue ganado por los Saints y, a diferencia de la mayoría de equipos y sin pensarlo ni siquiera un segundo, pidió recibir el balón. Es de suma importancia que recordemos esto porque claramente fue una orden de Sean que sería el movimiento más importante del partido. Es muy cierto que la primera serie no produjo ningún punto para la ofensiva de Brees y que incluso el primer cuarto fueron los únicos quince minutos que el mundo logró ver lo que Las Vegas tanto chismeaba (Colts favoritos por 5.5 puntos) pero la estrategia y el objetivo estaba muy claro; una vez más: No dejar jugar a Peyton y cuando lo haga no regalarle nada. Para estas alturas de la historia de Manning ya es muy estúpido pensar que no va a anotar o que no va avanzar el balón, o que existe alguna defensa capaz de romperle su esquema ofensivo pero si algo se puede hacer es controlarlo. Si revisamos el juego veremos un infinito numero de jugadas en donde los Saints regalaban todo el campo por debajo de 7 yardas; en la mayoría de los juegos esto es lo equivalente a ser una empresa automotriz y vender coches que se aceleren solos (Toyo Pedals) pero esa noche no lo era..Nos quedó muy claro. Nunca, durante el primer tiempo, Sean permitió que un solo safety quedara a resguardo de zonas largas y fue por ese motivo que vimos un juego que, aunque no dejó de ser entretenido, parecía en momentos ser lento y sin emoción. Manning anotó 10 puntos en el primer tiempo pero su rostro en ningún momento fue motivador, incluso dejó por momentos expresar su preocupación aventando toallas y moviendo sus piernas sentado como si quisiera ir al baño mientas le rogaba a algún santo (no a los que tenía enfrente) que trajera a Vinatieri por tan solo un cuarto (es extraño como Nueva Inglaterra hizo una decisión tan buena en dejar ir a su pateador aun cuando le dio tres anillos). Los Saints, por el otro lado, continuaban con un plan de juego silencioso y paciente, lograron reducir la desventaja a solo 4 puntos a costas de un pateador que si se sentía con ganas de salir en la tele y que obtuvo su segundo intento después de que Sean, nunca desviándose de su objetivo, se la jugó en cuarta oportunidad sabiendo que el resultado solo seria congruente con lo que quería; si anotaba su equipo se iba arriba, si fracasaba dejaba encajonado a Manning y tendría una oportunidad más de hacer algo con el balón.

No todo en la vida es perfecto así es que un gran juego como este tenía que poner su mancha con uno de los peores medios tiempo en la historia, que me perdonen todos los fanáticos de la banda «The Who» pero por favor, esto, por si alguien no lo ha notado aun, es el espectáculo más visto en el mundo, hubiera sido mejor haber puesto una cámara en vivo en cualquiera de los bares que hacen de Bourbon Street una feria de intercambio de collares por….diversiones. En fin, segundo tiempo y………..TAN TAN TAN TAAAAAAN el momento cúspide de la estrategia está por llegar. Sabían que Thomas Morstead (Pateador de los Saints) salió 5 minutos antes que su equipo a «pretender» que calentaba mandando cada una de sus patadas 60 yardas hasta la otra anotación? Que más se puede pedir del cerebro de un coach como éste!!!!! En fin, ya todos sabemos que pasó, patada corta, Hank Baskett intenta cachar el balón como si intentara pegarle a una piñata con los ojos vendados, 15 segundos después Drew Brees tiene la bola otra vez. Ahora recordamos que tan importante fue el volado inicial? Ahora todo empieza a tener sentido, ya para este momento Jim Caldwell logra descifrar lo que su oponente le tenía preparado (cosa que su Qb ya había descifrado hace media hora) y lo expresa con un ligero rascamiento de frente. En este cuarto Nueva Orleans seguía abajo en el marcador pero logro ganar el periodo con 10 puntos y con un Pierre Thomas rompiendo tacleadas por todos lados y un Reggie Bush…pensando en Kim. Como nota importante quiero recalcar que una defensa completamente diferente fue la que Sean implementó para este cuarto, solo el sabia que mostraría tres diferentes en el juego, una para el primer tiempo, una para el tercer cuarto y otra para cerrar el juego. No cambiaba defensivas entre series como todos los equipos se han dado a la tarea de pensar que esa es la única manera de vencer a Manning, no disparó como si estuviera bombardeando Vietnam, simplemente continuó con una disciplina de no regalar absolutamente nada y respetar lo que tenía enfrente.

Último cuarto, el juego 17-16 a favor de los AMPLIAMENTE favoritos Colts, una ciudad, en Miami, que ya no sabía cómo dejar de lamentarse el no haber agarrado a Brees cuando pudieron hacerlo y hoy tener que lidiar con historias como las de Daunte Culpepper, Nick Saban y Bill Parcells, y un Sean que solo ansiaba que Jonathan Vilma no se dejara llevar por las emociones y respetara la estrategia que tanto hemos mencionado. Una defensiva completamente diferente, empezamos a ver coberturas que Manning no tenía en sus «Polaroid Pictures», safeties pretendiendo convertirse en linebackers haciéndose para atrás justo al último momento en que Manning dejaba de verlos y que mas que jugadores profesionales los hacía verse como payasos de rodeo, un Dallas Clark anulado por un Jonathan Vilma sumamente concentrado y Terrell Owens vestido de Reggie Wayne. El tiempo transcurría y Las Vegas miraba cada vez más el televisor con la inconsciente seguridad de que sería una más de esas incalculables victorias de Manning en el último cuarto hasta que MR. BREES decidió recordarle al mundo que el show era de dos. Tomó el balón en su yarda 41 y con una serie de casi seis minutos logro resucitar la carrera de Jeremy Shockey con un pase perfecto en la zona de gol. Marcador 22-17, Manning sigue en la banca deseando mejor haber jugado el partido en Dallas para así poderlo haber visto mejor, y Sean simplemente haciendo una decisión más que llevaba congruencia con todo su plan, resultado = conversión de dos puntos es buena y el juego, con una diferencia de 7 puntos, se convierte en la escenografía perfecta para uno de esos regresos que todo quarterback desearía, sobre todo si quiere ser considerado el mejor de todos los tiempos (Perdón Manning pero Montana si lo logró).

Nunca me ha gustado recordar una serie completa pero esta vez lo merece. Manning recupera el balón con casi 6 minutos. Primera jugada, salida en falso, no más que un reflejo de desesperación, segunda jugada, Manning a Garcon para 17 yardas, Vilma y su defensa siguen conservando la calma, tercera jugada, pase incompleto a Reggie Wayne, o mejor sigamos nombrándolo Terrell porque no encuentro otra palabra para describir su actitud que la de patética, cuarta jugada, Manning a Garcon con una ganancia de 10 yardas, la estrategia sigue en pie, quinta y sexta jugada, Manning a Reggie Wayne, Bravo! Bravo! Bravo! Reggie decide unirse al espectáculo, y es aquí el momento en donde Sean decide firmar un plan perfecto, por primera y única vez en el juego todos los linebackers intentan presionar a Manning lo que provoca una reacción inmediata y un pase, el cual será inmortalizado y veremos en ESPN por lo que resta del mes, a manos de Tracy Porter provocándole una emoción tan grande que parecía que lloraba al correr y un rostro que poco le faltó para voltear y gritarte a su coach….Tenías Razón.

Sean Payton merece ser recordado por esto, merece ser reconocido por haber implementado uno de los planes más impresionantes que este juego ha visto, por haber tenido la valentía de creer en él y de mantener el liderazgo que todo coach debe tener, por haber fracasado en varias ocasiones en el juego y seguir creyendo en su equipo, por respetar a uno de los mejores jugadores que la NFL ha visto, por entender el juego en sus principios, por maximizar las cualidades de sus jugadores, por darle el primer campeonato a Nueva Orleans y, más que otra cosa, por regalarle, con inteligencia y esfuerzo, una inmensa alegría a una hermosa ciudad que la había añorado por años.

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